CEASE.

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JP VILLAMIL.

Hace un par de horas que ya había amanecido.

Nuestras platicas nocturnas siempre han sido así.

Con ella las horas no pasan, es similar a una ruptura en el tiempo en la que todo se detiene y entonces... entonces en esos momentos solo existimos nosotros dos junto a nuestra inexplicable conexión.

Cómo si una burbuja gigante nos atrapará en un hipnotizante sueño.

Un fugaz recuerdo de sus ojos mirándome con anheló me hizo sonreír estúpidamente.

Su cabello, su sonrisa, sus lindas mejillas ruborizadas... me roban suspiros, todo, absolutamente todo de ella me mantenía en un perpetuo embrujo.

[ • • • ]

El elevador se detuvo y al salir solo tuve que caminar un par de pasos más para llegar a la habitación que compartía con Martín.

— Por fin llegas —murmuro él— un poco más y llegas tarde para el ensayo. Parece que, tener novia te afecta bastante —continuo con un tono amargo, raro en el, desde hace unos días su comportamiento conmigo era distante— descuidas tus obligaciones como integrante de Morat, lo cuál es detestable pues nosotros, en general la banda debería ser tu única prioridad.

— Entonces, no solo “debería” ser mi única prioridad, si no también la tuya, la de Isaza y la de Simón tú hermano quien, te recuerdo también tiene novia —evite mirarlo pues ciertamente comenzaba a irritarme, últimamente Martin siempre tenía algo que reclamarme o cuestionarme y casi siempre involucraba a Mafer— parce, seamos claros, ya no somos unos chiquillos a usted le pasa algo conmigo y me gustaría saber que es.

— Lo que me pasa con usted es que se cree mucho cuando no es más que un carechimba —lo mire levantarse de la cama con una expresión de enojo, él estaba realmente molestó. Tan molesto que empuñó sus manos mientras caminaba hacia mí— es una molestia tener que aguantarle su cara de niño bueno, de el “señor perfeccion” usted se la pasa haciéndose el santico con todo mundo pero más especialmente con Mafer, no merece estar con esa chimbita, no siendo el picaflor que usted es.

En ese momento lo comprendí todo.

Lo que Martin sentía hacia mí eran celos, celos de mi novia, celos que al parecer lo estaban consumiendo lentamente.

— Si Mafer está conmigo no es solo por mi linda cara, nosotros nos queremos y eso no debería afectarte —lo mire y me aleje de él, lo que menos quería era pelear con mi amigo— Martín hemos sido amigos durante muchos años, en los cuales tú y yo estuvimos en diferentes relaciones y en todo ese tiempo jamás nos importó nada de lo que tú ahora estás diciendo. Suena tan incoherente que te exijo me digas la verdad —argumente con seriedad— ¿Que demonios te pasa compadre? ¿Sigues atraído por Mafer?

Él se giró caminando nuevamente hacia su cama, se dejó caer en ella soltando una fuerte e agria carcajada sinceramente me hizo estremecer.

— Insisto, ese disfraz de santico te sale muy bien, extremadamente bien —continuo riendo por varios segundos más, hasta que finalmente guardo silencio— hay solo una cosa más que quiero decir. Usted y yo hace mucho que ya no somos amigos, así que tenga cuidado, sobre todo tenga mucho cuidado con su relación. Cuide mucho a esa chimbita porque los “codigos de amigos” ya no aplican más entre nosotros.

𝘾𝙐𝘼𝙉𝘿𝙊 𝙀𝙇 𝘼𝙈𝙊𝙍 𝙎𝙀 𝙀𝙎𝘾𝘼𝙋𝘼.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora