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Taylor y yo estábamos llendo hacia el barco del padre de Nicole. Nadie nos pudo llevar, así que nos tocó ir andando.

–Sigo sin entender porque no me contaste lo de Jeremy cuando pasó

–Primero, se llama Jeremiah. Y segundo, prefería contártelo en persona.

–Ha sido muy bonito cuando te ha besado. Susannah está muy ilusionada. Cuando llegues a casa ni va a parar de hacerte preguntas

–A Jeremiah ya le habrá echo el interrogatorio–Las dos reímos–Por cierto, se que qmtodavia queda bastante para que el verano se acabe, pero te quería preguntar si te podrías quedar aquí. Se que con lo del pie puede que no puedas. Pero de verdad que te necesito aquí conmigo.

–Se lo tendré que preguntar a mis padres, pero yo creo que sí. Y por lo del pie, no te preocupes. El médico me ha dicho que en dos días ya me puedo quitar la venda. Pero hoy no me voy a poder bañar, te observo desde la distancia. Mira las fotos que os he sacado, salís muy monos...

–Taylor, mira...–Señalé el barco de enfrente

–Oh, dios, mío...

–Pensaba que iba a ser un barquito. Esto tiene como tres pisos.

Nicole nos saludó y entramos. Al entrar noté el ambiente raro. Todas me miraban raro, y sé que no era que lo penbasa yo porque Taylor también me lo dijo. No sé que habré echo, espero que no sea malo.

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Estábamos jugando a un juegos de preguntas. Te preguntaban algo, y si lo habías echo, bajabas un dedo. Las demás ya habían bajado cinco o más dedos. Mientras yo, seguía con los 10 dedos arriba.

Odiaba este tipo de juegos. Todos habían echo de todo, menos yo. No sé si será raro o algo, pero es incómodo.

–Bueno, vamos a dejar de jugar a esto. Ya me aburrí–Cambió de tema Taylor, o por le menos lo intentó.

–No, la última pregunta. Nunca me he bañado desnuda en el lago Hopper–Dijo Nicole

–¿Eso es un reto?–Preguntó Taylor, y con la cara de Nicole quedó claro que era un sí

–Tu primera Lily–Gigi sonaba muy entusiasmada.

–Venga, no has jugado. Estoy de acuerdo con Gigi, tú tendrías que ser la primera.

Por una parte sabía que Nicole no tenía razón. No es que no haya jugado, simplemente las cosas que han preguntado yo no las he echo. Y no voy a mentir. Pero por otra me sentía mal. Sentía que estaba siendo aburrida, y como había sido raro al principio cuando hemoa entrado, acepté.

Ellas se giraron mientras yo me quitaba la ropa. Cuando no tenía nada, me metí. Las chicas se giraron.

–Ya está, me metí. ¿Quién es la siguiente?

–Uy chicas, se ha echo muy tarde. Creo que es hora de ir a casa–El tono de Gigi no me gustaba

–Es verdad, tengo que devolver el barco a mi padre en 5 minutos

–Esperad que ahora subo

–No, no hace falta. No nos daría tiempo si te tuviéramos que esperar. Adiós.

No, no me lo podía creer. Taylor estaba intentado hacer todo lo posible, pero no consiguió que volviera.

Esto es imposible, ellas no son así. Son como las tres de la mañana y estoy sola es un puerto. Me seco, me visto y le voy. Ya está, me tengo que tranquilizar.

Me salí y cogí la toalla, me sequé y busque la ropa. Se que la había dejado al lado de la toalla, pero no está. Se la han llevado.

Empecé a llorar, era una mezcla de emociones. Impotencia, rabia, tristeza... No sé que he echo, me he portado bien con ellas. No sé qué hacer.

Llamó a Jeremiah. Tengo un tres porciento de batería, espero que no se cabae pronto.

Marqué el número de Jeremiah. Un tono, dos tonos, tres...

–¡Hola, Lily! ¿Que tal?–Había mucho ruido.

–¿Estás en una fiesta?–No iba a molestarle. Y tampoco creo que dejara la fiesta por venir a buscarme

–No. ¿Qué te pasa? ¿Estás bien?–Debió de notra por mi voz que algo pasaba.

–No, estoy bien. No quiero molestarte.

–Lily, dime donde estás y voy a por tí.

–Déjalo, pásatelo bien.

–Te he dicho que no estoy en una fiesta–Oi una puerta–Estoy en el coche. Lily, por favor. Dime dónde estás–Al final le dije donde estaba.

–Por favor, ven rápido...–Y el móvil se apagó

Le dije que me trajera ropa, luego le explicaría todo. Me quedé sentada en el borde de la carretera envuelta en la manta llorando. Hacía muchísimo frío. Ya serían como las cuatro de la mañana.

Necesito llegar a casa y tumbarme en la cama con Jeremiah. Que toque el pelo hasta quedarme dormida y olvidar todo esto.

Vi un coche, se paró y salió alguien de él. Era Jeremiah. Vino corriendo hacia mi y me abrazó. Yo rompí a llorar.

–Ven, sube al coche y cámbiate. Tienes que entrar en calor ya, estás congelada.

Entré en el coche y cuando terminé de cambiarme entró.

–Jer, lo siento... Yo no quería que te fueras de allí. No te enfades conmigo.

–No podría enfadarme contigo y menos por eso. Tú vas antes que cualquier fiesta.

Ya estaba mucho más tranquila y gracias a la ropa de Jer, entré en calor.

–Gracias por venir a buscarme...

–Lily, siempre vendré a buscarte.

–¿Oyes eso?–Le pregunté con una sonrisa

–¿El qué...?

–Mi... Corazón–El me sonrió.

Le agarré la mano y se la puse en el lado izquierdo de mi pecho para que pudiera notar lo rápido que iba

–Si, te late muy deprisa–Nos estábamos mirando.

El se acercó y me besó. Yo se lo seguí. No sabía si hacerlo, pero lo necesitaba. Le agarré de la mano y empecé a bajarla. Cuando se dió cuenta de lo que intenta hacer se se separó.

–Lily, ¿Estás segura? Yo puedo esperar todo lo que quieras.

–Jer, si es contigo siempre voy a estar preparada–El como respuesta me besó.

–Está bien, pero espera a que lleguemos a casa.

☕︎☕︎☕︎

Estábamos desnudos en la cama. El Jeremiah me estaba acariciando el pelo. Estábamos tranquilos sin decir nada.

–¿Si tuvieras que ponerme algún mote cariñoso, cuál sería?

–No se, nunca lo había pensado–Los dos hablábamos con un tono suave de voz

–Que poco creativa eres–Dijo riéndose

–Si tanto te ríes de mí, dime cómo me llamarías tú.

–Mi novia...

¿Escucho borroso o literalmente acaba de decir eso?

Es imposible

No ha podido hacerlo, ¿Verdad?

–No tienes que contestar ahora, piénsatelo y cuando tengas una respuesta me dices–Dijo y me besó en la cabeza

–¿Cómo podría decirte que no?

–¿Entonces es un sí?–Tenía una sonrisa de oreja a oreja.

–Si–Dije asintiendo

–Siento si no era el momento correcto. Llevo tiempo pensando cómo hacerlo, y este momento me pareció muy bonito y me lancé...

Me quedé hipnotizada mirándole a los ojos y no le dije nada. Después de un par de besos, conseguimos dormirnos.



El verano en el que me enamoré|| Jeremiah FisherDonde viven las historias. Descúbrelo ahora