EPILOGUE

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Despertó.

No sabía donde estaba, era una habitación blanca, una cama blanca, paredes blancas y piso blanco. Había una ventana por donde se asomaban unos rayos del sol a través de unas cortinas blancas.
Lo único que desentonaba el aura de esa habitación era él y una televisión vieja que pasaba las noticias.

"El cuerpo de Lee Felix fue encontrado hoy 15:30 en su departamento después de los reportes de los vecinos por el humo proveniente de allí"
Explicaba la reportera.
"Sus familiares y amigos más cercanos aseguraban que vivía con su pareja Hwang Hyunjin, pero no hay rastro de él ni nada sobre él en las bases de datos"

—No es posible—Susurró para sí mismo—¿Morí?

Se levantó de la cama y se miró en un espejo que había junto a ésta.
Él también estaba vestido completamente de blanco, parecían prendas ligeras, eran blancas, pero en su camisa se encontraba una gran mancha roja.
Estaba descalzo y su cabello estaba ordenado y su cara lucía como si hubiera despertado de la mejor siesta de su vida.

Miró a todos lados en busca de una puerta, la encontró y decidió salir al exterior.
Parecía ser un lugar como cualquier otro, nada más qué más...puro, colores vivos y un sol resplandeciente.
Había niños jugando, gente caminando, parejas juntas hasta familias completas.

Mientras caminaba por el lugar notaba cómo la gente lo miraba raro, ellos no tenían esa mancha roja.
En un momento logró divisar un gran templo a lo lejos, decidió que ese sería el lugar donde obtendría respuestas.

Entró al templo, estaba vacío de objetos pero lleno de personas, camino hacia donde todos iban. Sin querer chocó con alguien.

—Lo siento—Pronunció.

—Está bien...Oh—Ella se dio la vuelta sonriendo pero su cara cambió completamente al verlo.

Ella era un ángel, verdaderamente un ángel, tenía un vestido hasta las rodillas blanco y alas emplumadas.

—¿Qué me ves? ¿Qué tengo? ¿Por qué todos me miran raro?—La bombardeó de preguntas Felix.

—Tranquilo, acompáñame felix—Lo guió hacia donde todos estaban, parecía ser un gran balcón que daba vistas a un lugar muy oscuro.

—¿como sabes mi nombre?

—Eres el nuevo, obviamente se tu nombre, aunque hay muchos nuevos al día últimamente—Dijo apenada—...De igual manera se el nombre de todos.

—¿Donde estoy?¿Qué es esto?

—Estás en el cielo...Moriste Felix...¿Lo recuerdas?

—Si...—Su cabeza dolió—Hyun...—Susurró.

—ese "Hyun" que tu llamas así es en realidad Lujuria...

—Ya sabía.

—Bueno—Siguió— Al relacionarte con él deberías estar en el infierno—Explicó—Pero estás en el cielo porque tu alma es pura, de igual manera tienes esa mancha de "Sangre" que representa que estas "Manchado" por los pecados, te señalará toda tu vida...

—¿Y esto que es, este templo?

—Está parte del templo es un balcón, puedes ver cualquier parte del infierno desde aquí.

—Y...¿Lo puedo ver a él?—Pidió.

—Si, Sigueme—Ella no lucía muy convencida pero igualmente aceptó.

Lo apartó de la multitud hasta unas escaleras que lucían oxidadas pero seguían luciendo igual de limpias que el resto del lugar, abrieron una reja llena de flores marchitas y subieron.

Ahí se encontraba otro balcón, igual al anterior pero más chico, se asomó al barandal y pudo ver desde arriba un castillo en escombros.
Entre las varias habitaciones que había, en una de ellas reconoció su cabellera pelirroja, esa que tanto amaba.

—¡Hyunjin...!—grito con esperanza de que lo oyera, pero el seguía con su visión perdida—¿Por qué sus ojos son blancos?—preguntó desesperado —¡Hyunjin! ¡Lujuria!

—Alto Felix—Lo agarro de hombro para que la viera—No va a oírte, Por eso tiene los ojos blancos, esta viviendo tu...tu muerte repetidas veces, hasta el fin de la eternidad...no puede oír, no puede ver, esta completamente absorto en su mente.

—No...él no merece eso ¿por que él?

—Porque así funciona el Infierno...no son cosas que podamos cambiar Felix... te dejo aquí por si quieres pensar...nos vemos.

Y allí se quedó sentado durante el resto del tiempo. El pelinegro pasaba todos sus días sentado al borde del barandal del balcón de los pecados. Con la esperanza de que algún día la Lujuria lo pudiera escuchar cuando le hablara.
Todos los días entre la gente del cielo se escuchaba hablar sobre el famoso pelinegro de la "Mancha roja" que pasaba sus mañanas, tardes y la mayoría de la noche sentado en frente de la lujuria.

Algunos creían que estaba loco, pero de lo único que estaba loco era de esperanzas. Esperanzas de que estuviera con él de nuevo, por que el pelinegro daría los que fuera por una última noche más con su pelirrojo.

 Esperanzas de que estuviera con él de nuevo, por que el pelinegro daría los que fuera por una última noche más con su pelirrojo

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Holaa, hasta acá la Agonía De La lujuria , la verdad estoy muy triste pero muy feliz ya que dieron mucho apoyo a la historia.
Espero que hayan disfrutado leyendo esta historia tanto como yo disfrute escribirle y leer cada uno de sus comentarios que me alegraban el rato.

Respecto al final, perdón si no era lo que algunos querían, pero de ese final nacio toda la historia que leyeron, además me merecía mi bad ending porque 1958 va a tener good ending.

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05/10/22

Los amo, y nos vemos en otra historia

La Agonía De La Lujuria [Hyunlix]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora