੭* ‧₊° Siempre existe en el mundo una persona que espera a otra, ya sea en medio del desierto o en medio de una gran ciudad. Y cuando estas personas se cruzan y sus ojos se encuentran, todo el pasado y todo el futuro pierden completamente su import...
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POV. _______
Estábamos sentados frente a un doctor del mismo hospital de hace una semana. Andrew dijo que tenía que ver que era lo que tenía, ya que no era bastante bueno no recordar cosas al despertar del coma.
— Y . . — Dijo Andrew rompiendo el silencio — ¿Qué es lo que mi esposa tiene? — Le preguntó curioso al doctor, puesto a que examinaba la radiografía que anteriormente me había tomado.
— Lo que la señorita O'Callaghan tiene . . es amnesia — Buscó algo en su computadora para luego ponérnosla en frente, era una animación que se veía fascinante — En el momento del choque, posiblemente la señorita obtuvo una lesión en la cabeza tan fuerte que borró su memoria.
— Pero . . ¿Por qué ella me cuenta sobre las historias que tuvo? ¿Qué no se supone que en el momento exacto en el que despertó del coma no debería recordar nada? — Preguntó Andrew más alarmado y preocupado. Sus expresiones faciales se notan mucho cuando habla.
— Le aclaro que yo — Suspira — Nunca tuve un tipo de caso como este, menos como el de su amada. No podría explicarle con claridad que es lo que le ocurre.
Ladeo la cabeza sin esperar esa respuesta. ¿Es acaso raro que haya vivido toda una vida en otro lugar?
. . .
Salimos de la oficina con tranquilidad, tomados de la mano. El rostro de Andrew representaba preocupación, después de todo, no le agradaba que no pudiera recordarlo del todo.
Si solo supiera que . . los sentimientos que tengo por el se manifiestan poco a poco.
Nos adentramos al elevador y mi esposo presionó el botón hacia el primer piso.
— Uhm — Dije llamando la atención de Andrew — Lamento tener lo que sea que tengo en la cabeza . . — Desvíe mi mirada apenada. No debería disculparme, pero al ver cómo se encuentra tan preocupado por saber lo que me pasa es lo único que puedo hacer.
Colocó su mano en mi cabeza, acariciándola suavemente. Sonrío muy leve, se veía lindo.
— No tienes porque disculparte, amor — Pasó su mano hacia mi mejilla tallándola con su pulgar — ¿Te digo algo? — Asentí — Deberíamos descansar y conozco el lugar perfecto para tomar una siesta — Abrí los ojos sorprendida, esto ya lo había oído antes.
Sin mucho apuro salimos del elevador y del hospital. Andrew dijo que iríamos a un pequeño parque llamado Amanecer, que no estaba muy lejos de aquí. Nos subimos al auto y comenzó a manejar hacia el ya mencionado lugar.
. . . .
Estacionó el auto frente al parque. Su naturaleza era espléndida, si se veía impresionante desde el vidrio oscuro del auto no puedo imaginarme como se vería al salir de aquí.
Abrí la puerta y salí del auto.
El sol iluminaba aquel tan maravilloso lugar. Los árboles por supuesto tapaban el sol de las bancas y juegos, haciendo que las personas y niños tengan la oportunidad de sentarse o jugar sin que se quemen.
— Ven — Dió unos pasos hacia mi y me ofreció su mano para tomarlo, parecía un bello príncipe.
— Con gusto — Sonreí tomando la mano, a lo que Andrew se sonrojó.
Mientras caminábamos y observábamos el parque, hablábamos sobre cualquier cosa que se nos venía a la mente, haciendo más animado el recorrido hacia el tan esperado lugar para descansar. Luego de unos minutos, logré escuchar el movimiento del agua fluyendo hacia la dirección que el viento indicaba, más unos cuantos pájaros cantando. Habíamos llegado a un lago, donde el sol podía verse tratando de ocultarse.
Tapé mi rostro con mi mano, dejando un espacio entre ellos para ver la vista. Busqué con la mirada a Andrew que no estaba en mi campo de visión, hasta que oí como alguien silbaba llamándome.
— ¡Aquí estoy! — Exclamó
Me dirigí a él. — Pensaba que me habías dejado aquí — Hice un leve puchero, haciendo que Andrew riera.
— Por supuesto que no, cariño — Golpeó suavemente el espacio vacío a un lado suyo, dándome a entender que me sentara con el.
Guardamos silencio para observar la vista, no me canso de pensar que es fascinante. Miraba de reojo a mi esposo, quien trataba de ver la vista si no fuera por el sol que le daba directamente en los ojos. Sin mucho esfuerzo, rompí el silencio.
— ¿Vienes seguido por aquí? ó ¿cuál es la razón por la que estamos aquí? — Pregunté burlona cruzándome de brazos, Andrew rió y sonrió nervioso.
— Escuché a unas cuantas personas en el hospital cuando aún estabas en coma — Suspiró — Quise aprovechar y venir aquí contigo y como dije, para descansar — Sonrió.
¿Oí bien? ¿Acaso esto es un deja vu?
— Bien . . — Dije para luego apoyar mi cabeza contra el árbol.
Unos minutos más tarde, sentí mis ojos pesados, así que comencé a cerrarlos poco a poco. Pero, sentí una respiración cerca de mi mejilla y un roce en ella, a lo que abrí los ojos para descubrir que era.
Andrew me había dado un beso en la mejilla.
Miré el rostro de el, que estaba tapando su boca y mejillas tratando de retener un grito y un sonrojo por la emoción. Sentía como mis mejillas también se calentaban por la vergüenza del asunto. Lo dejé pasar durante unos minutos para luego colocar mi cabeza en el hombro de Andrew e intentar dormir como hace mucho no podía hacerlo.
[..]
Si todo lo que está ocurriendo es de verdad. Entonces, me hubiera encantado repetir este mismo día con Venti.