Tu Orgullo, Mis Prejuicios

Capítulo 4

Fabio.-

Sin duda, me di cuenta de que Emma se había echado para atrás cuando esa chica que siempre se empeña en hablarme me ofreció ir a bailar con ella. Os juro que no entendía lo que pasaba por mi cabeza. Me caía fatal y, de repente, ahí estaba, pensando en cogerla de la mano y perder el aliento con ella al ritmo de cualquier canción.

Sin saber por qué, me dolió ver en sus ojos el rechazo, pero fingí que no me había dado cuenta y le pregunté si le apetecería acercarse conmigo al grupillo que saltaba al lado de los altavoces. Sin embargo, ella mantuvo su negativa y, con una sonrisa maliciosa en la boca, se dio media vuelta y fue a buscar a sus amigas.

Me lo merecía. Sabía que me había escuchado decir esas cosas tan feas sobre ella cuando ni siquiera la conocía. Pero ahora era diferente, o eso quería creer. La presencia de Emma me llamaba a estar cerca de ella como la luz al mosquito. De repente, la forma de su cara no me parecía tan asimétrica ni el color de su pelo tan ordinario, sino que la veía guapa y elegante.

Es más, su rechazo no provocó que perdiera ni un ápice de interés en la chica, sino todo lo contrario.

 Estaba ocupado intentando dar forma a estos pensamientos que andaban poniendo patas arriba mi cabeza cuando Blanca se acercó a mí:

— Seguro que puedo adivinar lo que estás pensando.

— Lo dudo bastante.

— Estás pensando en lo horrible que sería celebrar muchas más fiestas de este tipo y con esta gente y, por supuesto, yo pienso lo mismo. ¡Hacía tiempo que no me aburría tanto! Todos son muy sosos, ruidosos e insignificantes. ¡Me encantaría saber qué piensas sobre cada uno de ellos! Seguro que no tenemos opiniones tan diferentes — Comentó cubriéndose la boca para tratar de ahogar su risa, sin éxito alguno.

— Te aseguro que te equivocas, Blanca. De hecho, estaba pensando cosas bastante más positivas que tú. Pensaba en lo bien que te puede hacer sentir que te miren los bonitos ojos de una chica.

Ella levantó la cabeza, pidiéndome con la mirada que le confesara qué ojos y qué chica habían provocado que tuviera tales reflexiones. "Emma", le reconocí sin vergüenza y sin levantar la vista de la espalda de la susodicha, que se encontraba rellenándose la bebida unos metros a mi izquierda.

— ¡Emma! ¡No me lo puedo creer, Fabi! ¿Desde cuándo tienes esa opinión de ella? ¡Madre mía, si lo último que me contaste es que te parecía una chica del montón! ¡Espero que os vaya muy bien!

— No me sorprende nada tu respuesta. En cuanto digo que pienso algo bueno de una chica crees que me interesa y en cuanto me interesa asumes que estoy enamorado. 

— Hombre, viendo lo seguro que me has hablado sobre el tema, considero que ya está asegurado que esta noche os iréis juntos a casa. 

Cuando mi amiga se ponía así, era mejor callarse y que su imaginación volara por los recovecos que quisiera. La dejé hablar mientras yo seguía intentando descifrar los pensamientos referentes a Emma que me asaltaban cada vez que cerraba los ojos. 

Ya era hora de un capítulo con el POV de Fabio!! Espero que estés disfrutando de la lectura <33