Epílogo

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POV Lisa.

La última vez que vi a Jennie fue el viernes hace quince días, desde entonces hemos estado hablando por mensajes y en ocasiones por llamadas. Me habría gustado que la universidad que tiene la carrera que elegí estuviera en la ciudad donde nací, pero lastimosamente no es así, entonces tuve que mudarme a una residencia estudiantil y ahora me toma casi dos horas el camino de regreso a mi antigua casa, esa que estaba tan cercana a la de mi novia.

Con todas las cosas relacionadas a la universidad que tengo pendientes apenas me da tiempo para comer y tomar una siesta. Tengo un montón de tareas de investigación encima, ni hablar de los proyectos y además el portafolio de fotografías que debo entregar la siguiente semana para evaluar la parcial. Estoy que me muero de estrés.

Me deslizo en la silla de mi escritorio, me duelen los ojos y la espalda por estar más de tres horas sentada detrás del ordenador. Se supone que hoy es día feriado, por lo que no tengo clases, pero eso no quita que no tenga tareas que terminar, incluso me desperté temprano, aunque siento que no he avanzado mucho.

—Lisa, vamos a la cafetería —Mina irrumpe en mi habitación. Ella es una de mis vecinas de piso, su cuarto está cruzando el pasillo, justo frente al mío.

—No tengo hambre y tengo que acabar con esto —señalo el montón de papeles regados sobre la mesa.

—Vamos, no bajaste a desayunar y ya es hora del almuerzo —insiste tirando de mi brazo para levantarme de la silla.

Es verdad, no he probado ni un bocado de comida desde que me levanté, solo tomé una ducha rápida y fui directamente a encender la computadora para hacer mis tareas.

—Pero vamos rápido —termino cediendo.

Me quito las gafas y las dejo sobre el escritorio. Salimos para ir a la cafetería, tenemos que ir hasta el edificio principal con un paraguas cada una, aunque la lluvia no es muy fuerte, pero con los metros que tenemos que caminar no dudo que no pueda empaparnos.

—¿Ya acabaste tu portafolio? —le pregunto a Mina.

—Solo me falta imprimir, ¿y tú?

—Ni siquiera he elegido el tema, no sé qué hacer —suspiro —. Tomé algunas fotos, pero todas se ven aburridas.

—No tienes que hacerlo muy complejo, solo algo que demuestre un sentimiento o algo así —dice Mina —. Yo solo retraté cosas que me gustan y las edité a mi estilo.

Puede que haga algo similar, pero igual sigo pensándolo.

Dejamos los paraguas en la entrada, destilando dentro de un soporte. Ambas tomamos una bandeja y nos acercamos al área en la que sirven la comida; la verdad es que siempre sabe muy bien y es más barato pagar la cuota por alimentos que comprar individualmente en lugares externos. Una vez con nuestra comida en manos, vamos a nuestra mesa habitual.

—Alerta Miyeon —Mina dice mirando por encima de mi hombro.

Resoplo sosteniendo el puente de mi nariz. No tengo el mejor humor como para lidiar con ella ahora.

—¡Lali! —su voz chillona resuena cerca de mi oído mientras me abraza por la espalda.

—Miyeon —digo entre dientes escurriéndome de sus brazos.

—¿Tienes planes mañana? Tengo dos entradas para el cine —pregunta Miyeon sentándose demasiado cerca de mí —. ¿Quieres que vayamos juntas? Es una película romántica.

Creo que esta chica no tiene idea de lo que significa el espacio personal.

—No, gracias, tengo un montón de tarea y además no me interesa salir con nadie más que no sea mi novia —declino a su propuesta.

Conquistar a una ManobanDonde viven las historias. Descúbrelo ahora