Escudo

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El cuerpo poseído y lastimado de Mina miraba con rabia a la nueva aliada de sus enemigos, había gastado gran parte de su tiempo planeando esta batalla, desde que Serena lo había expulsado del cuerpo de sailor Galaxia su rabia hacia Sailor Moon era muy fuerte, era increible que una simple jovencita que creía en el amor incondicional lo haya vencido, a él que siempre ha existido que representa a los deseos más oscuros de los habitantes del universo, ser eliminado de esa forma lo llenó de más odio, más rencor y el deseo de venganza se incrementó, por eso estuvo atento a cada persona que rodeara a la princesa de la Luna, sabía que llegar a ella era casi imposible, su corazón era demasiado puro, pero el de sus allegados no tanto tenía que buscar el momento perfecto, el adecuado para atraparla y gracias a la prueba del reino lunar pudo hacerlo, la bella princesa rubia estaba atrapada sin poder hacer nada, el Caos por fin gobernaría esa era la idea pero nunca imaginó que la sailor más poderosa vendría en auxilio, sailor Galaxia estaba lejos o eso creía ¿qué estaba haciendo en la Tierra?

– Parece que no te da gusto verme – dijo Galaxia en medio de una sonrisa

– Nunca da gusto ver a una enemiga – respondió el Caos agitado y lleno de rabia – pero es bueno que hayas llegado para acabar de una vez por todas contigo, como puedes ver esta vez la princesa de la Luna no podrá ayudarte – dijo refugiándose en un campo de fuerza para revisarse la herida, la mujer de cabello rubio y rojo se centró en las guerreras lunares y el príncipe de la Tierra aprovechando la pequeña huida del caos

– ¿Cómo puedo ayudar?

– Galaxia, que alegría verte de nuevo – dijo Marianne con una sincera sonrisa en su rostro

– ¿Se conocían? – preguntó Haruka al ver la extraña conexión que tenían las dos mujeres

– Si, no tanto como yo quisiera – contestó Galaxia haciendo sonrojar a Marianne y confundir sin saber el por qué a Haruka

– No es momento para hablar de esto – dijo Michiru incomoda con la situación – tenemos que aprovechar que el Caos está lastimado

– Es cierto, sailor Galaxia tanto nuestros poderes como los de las sailor Star Lights han sido arrebatados tenemos que recuperarlos para poder luchar – habló Rei para poner al tanto a la nueva aliada

– Los tiene dentro de dos esferas – continuó la información Marianne – además tiene una tercera esfera – se mordió el labio levemente y sus ojos se llenaron de lágrmias – en esa esfera está toda la energía de la princesa Serenity sin ella jamás podrá despertar y liberarse del lugar en la cual se encuentra encerrada, por favor ¡ayúdanos! – Galaxia vió el sufrimiento que causaba el secuestro de la princesa, no solo en Marianne también en sus amigos y sobre todo en el príncipe de la Tierra quien desde que había llegado la nueva sailor no había pronunciado palabra alguna y tenía la mirada fija en la fortaleza en la cual estaba atrapada el amor de su vida, la sailor más poderosa se dirigió hacia donde se encontraba Taiky quien tenía en sus brazos a una Ami muy lastimada

– Tengo que sanarle sus heridas, ¿me permites? – le preguntó al castaño que abrazaba a su amor con adoración, Galaxia pasó sus manos por encima de cada herida ocasionada por el Caos en el cuerpo de la peli azul, el dolor que experimentaba era muy alto pero poco a poco con la ayuda de la sailor más poderosa Ami pudo encontrar la calma y sobre todo sentirse sana

– Me siento mucho mejor – dijo la peli azul – ¡Muchas gracias!

– No tienes que agradecer, lamentablemente conozco las heridas que ocasiona el Caos pero

dicen que de las cosas malas podemos aprender y en este caso, aprendí a sanar – dijo acariciando los cabellos de la peli azul, tomó una postura más seria y afirmó su voz – tienen todo mi apoyo para poder derrotar el Caos, solo quiero que estén concientes que esta batalla será muy compleja, el Caos es un gran enemigo busca debilidades en cada persona, le gusta aprovecharse de los temores para poder apoderarse de sus corazones, tal vez eso fue lo que sucedió con su amiga

La Prueba. Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora