Nunca pierdas las esperanzas

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El campo de batalla parecía un paisaje apocalítpco, el lugar estaba cercado por los guerreros lunares que evitaban que las esferas que había desatado el caos llegaran a la población y les arrebatara sus semillas estelares, era como observar una lluvia de estrellas muy intensa, ya que al eliminar cada poder del Caos se iluminaba el cielo. Darien por su parte seguía defendiéndose del Caos, no quería lastimar el cuerpo que habitaba el terrible enemigo, quería luchar por Mina de la misma forma en que lo haría Serena, con amor y sin violencia sin importar las consecuencias y aunque era muy complejo sentía que una parte de la mujer de Venus quería retornar, tenía que ponerse en contacto con ella y pedirle que luchara. Sailor Marte y las tres sailors star lights habían llegado a las inmediaciones del lugar en que se llevaba a cabo la disputa entre el rey y el caos, veían desde una distancia prudente el combate entre los dos, las sailors del planeta de Fuego seguían desconcertadas por la petición de la sailor de Marte, y más porque la mujer no mostraba ninguna emoción estaba enfocada en la lucha sin decir una palabra ¿qué pasaba por la mente de Rei? No tenían idea, solo les quedaba esperar y confiar. Mientras tanto en el centro del área en donde se desarrollaba todo el conflicto sailor Neptuno estaba confundida, no le habían asignado ninguna tarea, no sabía que hacer y notaba que los que la rodeaban estaban envueltos en una tensa calma, así que no aguantó y preguntó a su general.

– ¿Por qué siento que me estás ocultando algo? Les diste una tarea a todos y a mi me dejaste acá, veo a Alan, Ann y Plutón tensos, como si supieran que algo malo se aproxima , quiero saber ¿qué está pasando? – gritó con desespero, no aguantaba más no tener respuestas, su reclamo logró llamar la atención de Marianne quien veía fijamente la fortaleza de su ratona, los chicos nombrados por la mujer de Neptuno prefirieron dar un paso atrás y dejarlas solas, la conversación que iban a tener no era nada agradable

– ¿Sabes por qué las esferas del Caos no nos han atacado? – preguntó Marianne

– Si, porque creaste una barrera para protegernos, ¿qué tiene que ver eso con mi pregunta?

– Tiene que ver con todo, tienes una tarea muy importante y es sostener esta barrera una vez yo ya no pueda hacerlo

– Sigo sin entender, ¿por qué no podrás hacerlo?

– Si entiendes solo que no quieres aceptarlo, sabes muy bien que soy energía yo soy la única opción que tiene la princesa

– No – Neptuno por fin entendía todo – por favor no, si brindas la energía necesaria vas a morir, se necesita mucha

– Daré mi vida si es necesario para despertar a Serenity, se lo debo a su madre quien me pidió que la cuidara – contestó calmada y con una gran sonrisa – quiero salvar a mi ratona, quiero que sea reina, que viva feliz junto a Endymion ella se lo merece

– Me pides que te vea morir – las lágrimas ya se desplazaban por las mejillas de Neptuno

– Te pido que me ayudes a salvar el universo – Marianne secó con su pulgar el rostro de su alumna – yo te enseñé muy bien, sabes lo que tienes que hacer

– ¿Por qué yo? ¿por qué no le pediste esto a otra sailor? ¿por qué yo tengo que ver como te desapareces? – reclamó con dolor

– Porque se que tu cumplirás con tu objetivo, eres muy correcta sailor Neptuno y sobre todo para despedirme, fue un gran honor ser tu maestra, tu me demostraste que se puede amar y ser honesta, serás una gran ayuda para el nuevo reino lunar – el llanto fue más notorio en la sailor, pero a pesar de querer gritar del dolor, sabía que no se podía dar el lujo de negarse a la tarea impuesta ni mucho menos entregarse a la tristeza, así que se exigió calmarse, respiró profundamente, se limpió las lágrimas por muchas que fueran y se paró recta

La Prueba. Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora