Adiós

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El tiempo parecía haberse detenido para las dos antiguas amantes, reencontrarse después de siglos había sido tan dulce y sobre todo muy cruel. Marianne no podía creer que por fin pudo contar toda su historia a ella, a la mujer que amó con locura, por la que había intentado traicionar sus principios, al reino y sobre todo a su mejor amiga, aunque Selene le haya dado su perdón por este evento, la general siempre sintió una inmensa culpa, la reina era como una hermana a quien tenía que cuidar contra todo pero no pudo hacerlo a cabalidad ya que ella misma había intentado robar el Cristal de Plata con tal de recuperar a Haruka, si hubiese confiado plenamente en el poder de la joya de su reino otra sería la historia, estarían juntas en cada batalla, su boda habría sido un hecho y sobre todo tal vez así Selene hubiese depositado más confianza ella en la invasión del Negaverso ¿pensó que de nuevo la traicionaría por proteger a Haruka? Era una pregunta que se hacía una y mil veces Marianne, eso sería imposible ya Serenity había nacido jamás traicionaría a su ratona, pero los hechos la condenaban era una traidora que siguió en su cargo por el amor profundo que le tenía la reina

– ¿Michiru sabe todo? – preguntó Haruka, sacando de sus pensamientos a Marianne

– Si, cómo te dije fue una de mis mejores alumnas le enseñé a estudiar los comportamientos de las personas y sobre todo descifrarlos, por qué crees que es tan calmada, siempre va un paso adelante conoce la respuesta que daría su amigo o enemigo, sabía que era la mujer ideal para ti – contestó Marianne con una sonrisa melancólica

– Quiero saber todo, por favor – pidió Haruka, Marianne asintió y se puso de pie pidiéndole a la rubia que la acompañara, se sentaron en un viejo banco que tenía en lugar de entrenamiento

– Cuando me impusieron el castigo e hicieron que todas tus memorias desaparecieran tomé de nuevo el mando de general, el dolor de verte y no tenerte pareció razonable para los miembros del consejo así que continué buscando cada sailor para su planeta, no es una tarea muy sencilla y lleva su tiempo, después de casi un año en que perdiste la memoria fui a Neptuno a buscar a su próxima guerrera y allí estaba ella siempre imponente, fue la primera en terminar la prueba del planeta, sin ninguna falla, demostrando talento, manejaba el agua como si fuera parte de su cuerpo, un corazón humilde lleno de justicia, y siempre llena de confianza, representaba perfectamente a sailor Neptuno, cuando comencé a entrenarla pude conocerla mucho mejor, demostraba ser una mujer muy confiada pero también contaba con dudas y miedos, tenía en cuenta el nuevo cargo que tenía y no quería defraudar al reino, pude verme reflejada en ella. Con el paso del tiempo fui mas estricta con su entrenamiento, no solo tenía que manejar los poderes que brinda el planeta, tiene un plus que es el espejo por eso era necesario que analizara todas las situaciones para descrifrar los sucesos que pueden poner en peligro el reino, a pesar que siempre exigía más y más Michiru nunca me defraudó, a veces ella misma se imponía metas era maravilloso ver su crecimiento, por eso te digo que era mi mejor alumna, pero lo que más admiraba era su fidelidad la protección del reino era lo principal, ella si merecía tu amor – Marianne se levantó y caminó un poco hasta darle la espalda a Haruka – en algún punto todas las sailors se tenían que conocer pero yo quise acelerar las cosas por eso las envié a una misión

– Buscar candidatas para sailor Saturno – dijo Haruka

– Así es y mi instinto no me falló ustedes dos se enamoraron a primera vista – habló Marianne girando para ver el rostro de la rubia que se había acercado – eso si lo debes de recordar

– Si, recuerdo muy bien cuando vi a Michiru por primera vez pero...

– Sin peros te enamoraste de ella apenas la viste no puedes negarlo y aunque para mi fue doloroso la felicidad de verte con alguien que te merecía fue mayor te lo juro por lo más importante en mi vida que es mi ratona – alargó su mano para acariciar el rostro afligido de Haruka – cuando te dije que te amaba la primera vez prometí buscar tu felicidad siempre, por eso te acerqué a Michiru – dijo entre sollozos, Haruka tomó la mano de Marianne que tenía en su mejilla y le dió un profundo beso, luego la tomó entre sus manos para poder hablar

La Prueba. Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora