Epílogo

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Aunque no contaron con las presencia de Darien y Serena en un principio los demás llevaron a cabo una gran celebración de días en el templo Hikawa, a pesar de los tiempo oscuros que vivieron la sonrisa y alegría habitaba en el corazón de los guerreros, pudieron bailar, cantar, comer y hasta beber envueltos en charlas llenas de anécdotas, recordaron como se conocieron ya sea por amistad o por una batalla, era una escena maravillosa la cual la princesa de la Luna agradeció mentalmente cuando llegó al lugar, no se cansaba de pensar que todo el camino recorrido había valido la pena, ver a Neherenia reir ante las ocurrencias de Mina era demasiado agradable o escuchar las preguntas de Seiya a Alan, Ann y Fiore <<¿Son hermanos?, ¿van a colonizar la Tierra?, ¿tienen naves espaciales>> cuestionamientos que tuvo que detener la princesa Kakyuu sacando a su novio del lugar antes de que los tres aludidos le quitaran sus energías, la alegría que irradiaban las hermanas de la persecución junto a los Black y Neflyte también era motivante, merecían ser felices y ya lo eran, no eran enemigos pensó Serena, solo eran amigos buscando ayuda para encontrar el amor. Fue una fiesta maravillosa de eso no había duda pero llegó a su final, no se dieron una despedida sino un hasta luego, era más que evidente que todo lo sucedido con el Caos había afianzado los lazos de amistad con cada uno de los aliados que vino a luchar, la princesa y el rey de nuevo dieron las gracias por la valentía que mostraron defendieron el universo, y eso merecía todo el respeto que podría demostrarse.

Volver a la rutina no fue tan complejo como pensaron, bueno a excepción del castigo impuesto por Kenji Tsukino a Serena <<¡no saldrás de esta casa en un mes señorita!>>, los planes de Darien de vivir con su princesa se vieron interrumpidos por un suegro muy molesto ante la ausencia de días de su hija, así que prefirió esperar para hacer la tan anhelada propuesta de matrimonio y convivir por siempre con su amada Serena, de igual forma siempre buscaba la forma de encontrarse con ella, para amarse, reir, hablar de todo y nada, había prometido que la salvaría y se dedicaría amarla y eso lo estaba haciendo.

Los días, semanas y meses que continuaron a la derrota del Caos pasaron en un abrir y cerrar de ojos, la boda Rei y Nicolás se vivió en total alegría, el abuelo de la pelinegra no cabía de la felicidad al entregar a su amada nieta a un gran hombre, porque eso era Nicolás Kumada, alguien locamente enamorado de Rei Hino y se podría ver en los ojos de los enamorados que el vivir felices por siempre no era un mito urbano, ellos eran la prueba de que el amor existía y vencía. Haruka y Michiru por su parte decidieron en un arrebato escaparse a las Vegas y tener una boda rápida, las dos mujeres no necesitaban una gran fiesta para demostrar su afecto, solo prescindían de una hermosa jovencita de ojos violeta que las acompañara, ante un Elvis algo mayor juraron amarse por toda una eternidad, estaba desmostrado que podrían ganar a cualquier obstáculo que se interpusiera en su camino, habían iniciado el primer día del resto de sus vidas, aunque su casamiento repentino no cayó muy en gracia con el resto de sus amigas, la princesa de la Luna estaba muy molesta porque ella quería estar presente en el momento en que se aceptaran la una a la otra, Mina porque quería cantar en la recepción así como lo hizo en la boda de Rei y así todos tenían un pretexto para estar enfadados con la piloto y la violinista a excepción de Marianne quien les dijo que para ella habían sido muy valientes y les dió su bendición, algo que las dos mujeres agradecieron de todo corazón.

Después de una gran estancia en el planeta Tierra, la princesa Kakyuu decidió que era tiempo de volver a su planeta, era cierto que lo había dejado a cargo de un gran consejo que la mantenía al tanto de los sucesos, pero ella tenía que gobernar a su amado pueblo, sabía que dos de sus sailors estarían tristes con su decisión, habían encontrado el amor en la Tierra y no querrían separarse de ellas y la princesa conocía muy bien lo duro que era separarse de quien se quiere, por lo tanto les dió a elegir regresar con ella o quedarse en el planeta donde se encontraban las dueñas de sus corazones siempre y cuando entrenaran a sus nuevos reemplazos y no se desligaran por completo de su lugar de origen, harían parte del consejo de estado del planeta de Fuego, Kakyuu quería que siempre estuvieran presentes, Yaten y Taiky aceptaron gustosos la segunda opción podrian estar con Mina y Ami, sus relaciones iban muy bien igual sus carreras musicales, a su vez podrían visitar a su princesa y Seiya quien pronto se convertiría en príncipe al enlazar su vida con Kakyuu, el pelinegro les dijo a sus hermanos que una vez llegado ese momento le tendrían que decir querido príncipe Seiya y obedecer todas sus órdenes, tanto el peliplata como el castaño se burlaron de las inenciones de su hermano <<Siempre serás nuestro amado hermano>> dijeron simultáneamente antes de despedirse del futuro príncipe.

La Prueba. Segunda ParteDonde viven las historias. Descúbrelo ahora