Capítulo 3. Preguntas indecentes.

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Someone To Stay- Vancouver Sleep Clinic

NELLY

Vi mi reflejo en el espejo y me di cuenta de que estaba corriendo. 

¿Porque corría? 

No pude pensar mucho más por que mi visión se oscureció y al momento de escuchar un golpe perdí totalmente la consciencia.

Me desperté alarmada y me quedé pensativa durante un buen rato. No lograba descifrar si estaba teniendo sueños aleatorios sin sentido alguno o mi cerebro mandaba aquellos recuerdos para que recordara algo en concreto.

Aquella mañana transcurrió igual que la del día anterior. Visitas de la médica, enfermeros curándome la brecha de la cabeza, comida, libro, televisión, estar con el teléfono, y poco más. Bueno, de hecho me llamó mi madre para hacerme un interrogatorio y colgó decepcionada ya que aún no sabía nada. La única novedad del día fue que ya no estaba sola en aquella habitación. A media tarde aparecieron por la puerta un par de enfermeros transportando la camilla de una señora de la edad que tendría mi abuela. Al principio no pude hablar con ella, ya que estaba sedada e inconsciente. No la quise molestar así que estuve en silencio durante un buen rato mientras leía el libro que me había regalado mi madre.

Si miraba con perspectiva mi situación y veía lo positivo, ahora me quedaba un día menos de estancia allí. Estuve un rato pensando en el accidente, ya que al parecer empecé a recuperar un poco la memoria. Hasta ahora no recordaba nada, pero después de los dos 'sueños' que había tenido, supuse que me había dado un golpe en la cabeza, aunque a sabiendas de que tenía un traumatismo craneoencefálico lo podría haber deducido mucho antes, en fin, pensar no era mi fuerte. También deduje que había ocurrido mientras corría y que aquel chico con el que soñe el dia anterior me había socorrido. Comenzaba a pensar que el chico era Aaron ya que sino no tendría sentido que estuviera en la habitación cuando me desperté porque no le conocía de nada.

Mis pensamientos se vieron interrumpidos cuando una mujer entró a la habitación junto a una niña que tendría poco más de cinco años. Se notaba a leguas que eran madre e hija, eran idénticas, aunque la niña era una versión actualizada y más aniñada que la madre claro. Evidentemente la visita era para la señora, ya que yo no las conocía de nada. Pensé en que la señora probablemente fuera la madre de la mujer y la abuela de la niña, ya que era el pensamiento más lógico. Vieron que está seguía dormida por lo que se sentaron en el sofá sin apartar la vista de ella, casi ni se percataron de que yo me encontraba allí, aunque al estar la cortina medio corrida a no ser que se fijaran, no me verían, aun así yo las veía perfectamente.

Las observé en silencio, la niña llevaba un vestido verde con un estampado de flores y la madre iba en vaqueros con una camiseta básica azul. Ambas tenían el mismo pelo rubio platino igual de alisado, aunque la mujer tenía mayor melena que la niña y esta última llevaba dos coletas en lo alto de su cabeza. Sus rostros reflejaban la preocupación que sentían por ella, era comprensible, probablemente les hubieran avisado desde el hospital al igual que a mi madre el otro día. Como no pude seguir allí callada intenté al menos suavizar el asunto e intentar calmar a ambas porque meterme donde no me llamaban era mi especialidad.

—Lleva desde que la trajeron dormida, pero los médicos han dicho que se pondrá bien.

La mujer sobresaltada por mi voz se asustó un poco al principio, pero luego me ofreció una pequeña sonrisa de agradecimiento. Realmente los médicos no habían dicho nada, pero supe que eso la reconfortaría, aunque sólo fuera un poco. No me podía imaginar el sufrimiento que estarían pasando, bueno, en realidad si, mi abuela antes de fallecer también había estado en el hospital aunque yo en esos momentos tenia algunos años más que la pobre niña.

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