Hola, querida Violeta.
A lo mejor lo has ignorado, pero ayer en cuanto por fin pude hablar contigo, esa sonrisa en mi rostro, esa curva entre mis labios, era la primera que te dedicaba. Tal vez en mi cara se reflejaba tanto mi amor, mi pasión por ti. No podía disimular, porque hay sentimientos que se podían ocultar, pero esa sonrisa lo decía todo.
He tenido la oportunidad de tenerte todo el día. Es en un momento como ese, en el que quisiera descubrir qué es lo que te gusta, sé mucho de ti, pero no me basta, sé que en alguna parte de ti puedo encontrar un mundo más grande del que hay en tus ojos, un mundo donde tu sonrisa sea como el Sol, y tu fragancia sea más deleitante que la una flor.
Confío en que algún día las estrellas estén a mi merced, y me permitas entrar en tu mundo, aunque sea sólo unos minutos.
Mientras más te deseo, más siento tu ausencia, más extraño escuchar tu voz.
POSDATA:
En este momento te extraño.
Atentamente.
Un joven que te quiere, Emmanuel.
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Un loco escribiendo de amor...
Short StoryTodo comenzó del mismo modo que enamora una flor, que sin una mirada, su fragancia ya te conquistó. Así era ella, no tenía rostro, ni siquiera su fragancia conocía. Por un tiempo eso me bastó, sabía que si le conocía mi fantasía caería en pequeños...