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Aᴍɪɢᴀ ᴅᴇ ʟᴏs ᴄᴜʟʟᴇɴ
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━━━━━━━━━★ Caminaba junto a Jasper y Emmett luego de la clase de historia juntos, Enmett se había empeñado en acompañar a Prada hasta el comedor, según él todo por el bien de su hermano Jasper y por supuesto el suyo, ya que Jasper siempre andaba con cara de que acababa de comer un limón agrio él solito y solo con ella su mal genio y su ceño fruncido desaparecía.
Pasando las puertas del comedor y el trío sintiéndose más observados que de costumbre sabiendo que esto se debe a que los dos varones se estaban juntando con la chica nueva y esto sí que es una novedad, pues no solían juntarse con nadie más que con ellos mismos.
Prada, Emmett y Jasper elegían sus alimentos, siendo estos últimos dos solo por apariencia. Al grandulón se le ocurre una idea genial, sin saber si esto iba a salir bien como él esperaba o en dado caso, su cabeza estaría colgada en la habitación del antiguo militar.
—Oye enana, ¿No te gustaría sentarte con nosotros?. Seguro a Jasper le encantaría. Quiero decir, a Jasper y a los demás claro.
El rubio miel observa con los ojos entrecerrados al enorme hombre con actitud de bebé y piensa: <<¿qué rayos está pensando hacer Emmett?>>.
—¿Seguros?. ¿No le molestará esto a sus demás hermanos?— Jasper se apresura a responder.
-—Por supuesto que no, seguro le encantará conocerte— Una pequeña casi imperceptible sonrisa aparece en los labios del Mayor, mientras que Emmett festeja internamente, se alegraba de poder ayudar a su hermano.
—Bueno, está bien.
A paso lento y muy elegante, los tres chicos se acercan a la mesa de los Cullen escuchando los murmullos de los humanos presentes.
Al llegar a la mesa, el rubio se apresura a sacar la silla para su compañera y ayudarla a sentarse, esto le encantó a Prada, un hombre detallista, ya veremos si llena los demás requisitos.
—Hola, Chicos les presento a Prada, nuestra nueva amiga— Dice Emmett sentándose al lado de su hermosa novia.
Alice que estaba más emocionada que una pequeña yendo a su lugar favorito en el mundo habló:—¡Hola, Prada!. Es un gusto volver a verte.
—El gusto es mío, Alice. Y, Hola para ti, rubia.
Jasper y Emmett sin saber que se conocían quedan observándolas esperando una explicación, al no ver a ninguna con la intención de contestar su duda, decide preguntar:—Ustedes, ¿se conocen?.
—Si, nos conocimos en una tienda de zapatos hace unos días.
Las tres chicas se observan y luego ríen entendiéndose, recordando la situación de sus tan amados tacones.
La puerta de la cafetería se abre nuevamente y por esta entra el integrante faltante de los hijos adoptivos del doctor Cullen, Edward Cullen. Ganándose las miradas de todos los adolescentes dentro de la cafetería y robándose más de un suspiro por parte de la población femenina, este coge una bandeja y elige su comida para luego caminar donde sus hermanos, llevándose ma sorpresa de que con ellos estaba Prada Grey.
(• • •)
Prada
Conversando con los Cullen en su mesa exclusiva, siento el aroma de alguien familiar acercarse, al sentarse frente a mi me quedo observándolo fijamente, este evita mi mirada.
Juro haber sentido este olor antes...—¿Estás bien Prada?
Jasper interrumpe mis pensamientos, dejo de observar al chico Cullen quien parece perturbado por mi mirada y quizá algo nervioso, me pregunto porqué será.
—Si, todo de maravilla.
—Pradita, él es nuestro hermano, Edward Cullen.— Alice presenta.
—Si, ya había escuchado de él, las chicas no paran de hablar de los dos solteros más codiciados de esta familia.
La mayoría ríe, pero Edward sigue estando serio, me pregunto si no se siéntete cómodo con mi presencia, bueno, no es como si me importara en realidad.
Los chicos y yo seguimos conversando un rato hasta que suena la campana y tenemos que volver a clases.
(• • •)
Acostada en mi cama luego de un día mejor de lo que esperaré, sigo asimilando lo del aroma del pelos de escoba, pensé que quizás lo había sentido todos estos días en la escuela, pero algo me dice que no es por eso.
Mi mente no deja de darle vueltas al asunto, tal vez debería de dormir mi seguramente ya me estoy volviendo loca, miro mi reloj por última vez, son las 2:37 de la madrugada, Dios, no creo que haya durado tanto rato despierta pensando en un olor.
Cierro los ojos y me dispongo a dormir cuando escucho como mi ventana es abierta, me espanto pues por estar pensando no había sentido ninguna presencia fuera de casa, pero me hago la dormida, quería ver qué quería está persona.
Siento sus pasos acercarse y el colchón hundirse, una mano fría se posa en mi mejilla y luego de eso siento un casto beso en mis labios, ese olor, no lo resistí más y abrí mis ojos, pero al hacerlo no vi más que oscuridad, no había nadie...se había ido.
Pienso en ese olor, una bombilla se enciende, el mismo aroma en el bosque, el mismo aroma en ese callejón, el mismo aroma aquí en mi habitación, ese aroma que solo lo traía Edward Cullen.
Ay rayos, no puede ser, así que era él. ¡Já!. Ya te descubrí acosador, tú y yo tendremos mucho de que hablar vampirucho pervertido.
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He vuelto mis amores y con un nuevo capítulo, espero y sea de su agrado, por favor apóyenme, voten y compartan si les gusta, comenten sus opiniones. Ayúdenme a crecer. Digan no a los lectores fantasma.
Esas personitas que se toman un poquito de su tiempo votando en esta historia se les agradece de verdad.