YES MÁSTER!! (Crystal X Mr Wolf) WxW

Aquella noche...

Decir que su día fue una total mierda, sería quedarse bastante corto de palabras, puesto que el tener que fingir ser un maldito santo frente a las cámaras era una tortura para su rostro, el sentarse por varias horas seguidas para ver a un montón de inútiles haciendo el ridículo frente a él con la ilusa esperanza de ser elegidos para ser futuras estrellas, se torno en un desgastante fastidio para su salud mental, sumandole los berrinches de su hija por cualquier cosa que no le saliera bien solamente hacian que su martirio se volviera mas tedioso.
La única parte buena de su dia era cuando volvía a casa y se encerraba en su habitación, porque era el único lugar privado que tenia, el único lugar donde podía relajarse y "liberar tensión" con varios de los juguetes en su colección privada.

Algunos lo encontrarian desconcertante, otros asqueroso y otros mas impactante pero, para Jimmy era su unico momento de gozo, su unico momento donde no le importaba ni un carajo todo lo demas, solo estaba él y su placentero éxtasis que lo liberaba. Aquella noche en especial regresaba mas molesto que de costumbre, pues la presion de un nuevo show que presentar en su teatro se volvia mas y mas sofocante, le exigian presentar algo bueno en un muy corto periodo de tiempo y por como veia las cosas durante las audiciones, estaba seguro de que eso seria imposible de cumplir. Por ahora lo unico que queria era llegar a su mansion, encerrarse en su habitacion y pasar gran parte de la noche en compañia de sus fieles juguetes.

Al sentir la limusina detenerse, bajo rapidamente de esta y se adentro a su hogar pasando de largo los saludos que sus guardias y empleados le hacian, realmente tuvo un dia de lo mas duro y no le interesaba en lo mas minimo entablar alguna interaccion con nadie, subio lo mas rapido que pudo las escaleras a la segunda planta, donde se hayaba su alcoba y de inmediato se encerró en esta de un portazo. Solo hasta que coloco el seguro en la puerta fue cuando pudo soltar un suspiro de calma.

Comenzo a retirarse sus ropas, a la vez que buscaba en su "pequeño escondite" lo que planeaba usar durante esa noche, estaba tan ansioso y desesperado por empezar de una vez con su momento intimo que ni siquiera se percato que varias de sus cosas estaban fuera de su lugar, otras mas estaban en el suelo o simplemente no estaban y si hubiese sido un poco mas atento habria detectado el aroma de cierto lobo grisaceo que se escondia dentro de su vestidor, mirando atentamente cada movimiento que el de pelaje albino hacia.

Esperaba que se dirigiera al baño de la habitación para aprovechar el momento y huir pero, enorme fue su sorpresa al ver como el mayor se recostaba en su enorme cama con varios juguetes sexuales, no estaba seguro de cuantos eran o si quiera como eran algunos //¿de donde carajos los saco? llevo lo suficiente en su habitacion como para estar seguro de que esas cosas no estaban en ningun lugar// se cuestiono mentalmente, puesto que aun estaba incredulo por lo que sus ojos veian. Mientras que el lobo blanco ya estaba comenzando con lo suyo primero colocando dos pequeñas balas vibradoras adheribles en sus tetillas. Sentía como comenzaba a excitarse y  su hombria lentamente se despertaba mientras el calor en su cuerpo aumentaba y su mente era nublada por la lujuria. Mientras que por parte del grisáceo a pesar de seguir sin creer lo que estaba ocurriendo, no negaba que la situación le parecía bastante caliente, incluso empezaba a sentir como sus pantalones comenzaban a sentirse más apretados en su entrepierna.

—no me jodas! Esto de verdad me está excitando!?? —intercalaba miradas expectantes entre su reciente ereccion y la erotica escena que le brindaba el albino sin saberlo —.... Bueno admito que tiene un cuerpo bastante sexy y....Un culo redondo, firme y.....Jodidamente caliente —como si su mano supiera lo que quería, comenzó a masajear de forma lenta pero constante el bulto de su entrepierna por sobre la tela del pantalón, sintiendo como las lentas caricias le brindaban una probada del placer que necesitaba —su-supongo que una pequeña mirada no hara daño —se convenció a sí mismo de seguir viendo como el lobo blanco continuaba complaciéndose a si mismo mientras desabotonaba y bajaba el cierre de sus pantalones liberando su miembro erecto ya algo húmedo por el pre que la punta desprendía.