Tᴏʟᴇʀᴀᴛᴇ ɪᴛ || L. S.

5. Blank Space

Louis está nervioso. Nunca había sentido tantos nervios en su vida. La última vez que recuerda sentir tanto pánico fue aquella vez que se presentó en la obra escolar de la secundaria. Y eso no se podía comparar con lo que estaba a punto de hacer.

Pero ya no podía volver atrás. No cuando Charlotte lo miraba expectante porque él se encontraba sobre una de sus rodillas, frente a ella, sosteniendo la cajita antigua que contenía el anillo que su madre le había dado cuando Louis le informó de sus planes al regresar de Escocia.

- Charlotte Alexandra Mary.- Soltó un suspiro, y aclarando su voz, continuó.- ¿Me concederías el honor de ser mi esposa?

La princesa lo miró con una sonrisa sin mostrar sus dientes, desvío la mirada hacía enfrente por unos segundos antes de comenzar a asentir con la cabeza.- Sí. Sí quiero ser tu esposa, Louis Tomlinson.-

Louis ensanchó su sonrisa, sintiendo como los nervios abandonaban su cuerpo, siendo reemplazados por una emoción intensa. Estaba seguro que así se sentía la felicidad.

Deslizó el anillo por el dedo anular de su ahora prometida. La joya familiar estaba compuesta por un zafiro en la parte central, rodeado de catorce diamantes, los cuales descansaban sobre una banda de oro blanco. Había pertenecido a la familia de Louis por cuatro generaciones.

Era de esperarse que la joya pasara a la prometida de Liam, al ser el hermano mayor, pero ese detalle estuvo a elección de Danielle y ella había elegido un anillo nuevo. Cuando Louis le pidió la joya a su madre, ella lanzó el comentario de que le agradaba que Charlotte fuese quien lo portara; nada personal contra Danielle, sin embargo, la señora Tomlinson consideraba que el anillo era digno de una princesa.

Después de ponerse de pie, Charlotte se acercó a darle un casto beso en los labios, concentrando su atención en el anillo. Louis sostuvo su mano libre mientras tanto.

- Es un anillo hermoso, gracias.- Otro beso quedó depositado sobre los labios del prometido de la princesa.- No puedo esperar a contárselo a mi familia. Tú deberías hacer lo mismo.- Charlotte levantó su mano para revisar el reloj que tenía en su muñeca.- De todos modos, ya es tarde, tengo que irme. Me encantó verte y me encanta aun más este gran paso en nuestra relación. Te quiero.- Con una última sonrisa dedicada a Louis, Charlotte salió de la pequeña sala donde se reunía con su prometido cuando la visitaba en el palacio. No se molestó en despedirlo hasta la puerta, los sirvientes ya tenían instrucciones para guiarlo a la salida cuando sus reuniones terminaban.

Ella tenía más urgencia de llegar a su habitación. Cuando lo hizo, de inmediato tomó el teléfono y marcó el número que le habían proporcionado si necesitaba comunicarse con su madre, quien se encontraba de gira.

- ¿Madre?- Al cerciorarse de que era la reina quien estaba al otro lado de la línea, soltó la noticia.- Está hecho. Me voy a casar.-

- 👑 -

Todas las veces que Louis había visitado el palacio de Buckingham los sirvientes le ofrecían que un chofer lo llevara a su casa. Louis siempre se negaba, porque le gustaba caminar, su departamento estaba cerca y no era necesaria tanta formalidad.

Ese día no fue la excepción, no importaba que le acababa de pedir matrimonio a la futura reina de Inglaterra.

Caminaba por las calles que ya conocía de memoria, vestido con un esmoquin negro (uno del único par que tenía) y un abrigo color beige encima para protegerse de la ligera lluvia que había.

Solo le faltaban un par de cuadras para llegar a su edificio, cuando un señor se paró delante de él, apuntando su cámara directo hacía su rostro. Louis sonrió incómodo. No era la primera vez que se enfrentaba a los paparazzis desde que surgió el rumor de sus encuentros con Charlotte, incluso ella misma le había advertido que era una consecuencia de su relación y que tratara de llevarlo lo mejor posible.