Tᴏʟᴇʀᴀᴛᴇ ɪᴛ || L. S.

2. State of grace

Julio, 1980:

Louis salió del edificio de su escuela por la tarde, en dirección a casa de su hermano, pues no tendría turno en el hospital. La prisa por llegar a casa de su hermano no tenía nada que ver con que quizá ahí estaría cierta princesa con la que Liam continuaba saliendo. Para nada.

El joven de 18 años sabía que tenía poca esperanza de que Charlotte pusiera sus ojos en él. Comenzando con el hecho de que era una princesa, por lo que era una mujer de mundo; con la mejor educación y los mejores viajes a lugares maravillosos del mundo. Además, era mayor que él; tenía 23 años, y una larga lista de ex novios, donde figuraban artistas, famosos, príncipes, duques... Pero ninguno de ellos tan frecuente como David Parker-Bowles.

Había platicado del tema un par de veces con Liam, y al parecer a su hermano el asunto de la princesa con David no le quitaba el sueño. Siempre mencionaba que deseaba que las cosas con Charlotte fueran a una velocidad lenta, en la que ambos tuvieran tiempo de conocerse. Louis sospechaba que su hermano sólo quería disponer de más tiempo para convencer a sus padres de casarse con Lady Danielle, hija de un banquero de la ciudad que en años anteriores había teñido problemas por un fraude, y aún se estaba recuperando de aquel escándalo.

Al llegar a casa de su hermano, lo primero que hizo fue tomar un vaso de agua, pues estaba un poco agitado después del viaje. Luego se dispuso a buscar a su hermano para que le diera instrucciones, y lo encontró en el estudio.

- Hola Li, ¿Qué tal?- Louis saludó a su hermano, para luego sentarse en una de las sillas frente al escritorio. Liam estaba sentando en la silla principal, del otro lado, con un libro en las manos.

- Oh, hola hermanito.- Dejó el libro sobre el escritorio y puso su atención en el recién llegado.- Seguro me odiaras por decirte esto, pero hoy no necesito tu ayuda. Charlotte me habló en la mañana para invitarme a montar a caballo. Vendrá en la tarde a conocer la casa y luego nos iremos.

-¿Conocerá la casa? - Louis preguntó, con más emoción en la voz de la que deseaba aparentar.- ¿Crees que me puedas presentar con la princesa?

Liam titubeó antes de responder. - Uhm, aún no estaba en mis planes presentarle a mi familia...- Un pequeño puchero se empezó a formar en la boca de Louis.- Pero nunca he sido capaz de negarle algo a mi hermanito. Está bien, puedo presentarte a la princesa.- Louis se levantó de su silla de inmediato, en señal de su emoción.- Con la condición de que te pongas presentable ¿si? No puede presentarte ante la realeza con pantalones de mezclilla.-

El menor llevó su atención hacia su atuendo de ese día: pantalones de mezclilla, una playera roja y una chamarra de la misma tela del pantalón, acompañado de sus Convers negros.

- ¿Y cómo se supone que voy a cambiarme? No tengo ropa en tu casa, Liam.- Respondió, encogiendo levemente los hombros.

- Puedes subir a mi habitación, seguro hay algo en mi closet que te quede bien. Solo apúrate, Charlotte llega en... Una hora y media.- Apenas escuchó las indicaciones de su hermano, Louis salió corriendo hacía su habitación.

Conocía el closet de su hermano, muchas veces había entrado ahí para ayudar a su hermano. Liam era el hombre de su familia, al ser el mayor, cuando su padre murió heredó el titulo de Conde. Se habían mudado a la ciudad un año después de que su padre abandonara su hogar, y cuando tuvo edad suficiente, Liam se independizó y Louis no tardó mucho en seguirle los pasos, al mudarse a su actual departamento que compartía con tres de sus amigos de la escuela: Olly, Luke y Calvin.

Pasado el tiempo que Liam le había dicho que tardaría en llegar la princesa, Louis seguía en la habitación de su hermano, definiendo los últimos detalles del atuendo que había elegido. Tenía puesto un traje negro, el cual le quedaba un poco grande al igual que la camisa, pues su estatura era algunos centímetros menor que la de su hermano. Acompañaba el conjunto con una corbata azul con detalles dorados y zapatos del mismo color que el traje. Había logrado peinar su cabello hacía atrás, levemente esponjado. Orgulloso de su conjunto, bajó a la sala, en donde su hermano estaba esperando.