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Ese día se levantó de buen humor como si hubiera renacido, había llegado su esperado día libre.

Se dió el lujo de prepararse un desayuno más sofisticado de lo usual; unas tostadas (no quemadas) con jamón y queso más un postre que compró la última vez que fue al súper, y su usual café bien amargo.

Mientras veía videos aleatorios en su teléfono Miguel lo invitó a almorzar en un restaurante que hace un tiempo quería visitar, no estaba acostumbrado a salir a comer ya que prefería la comodidad de su casa, pero dispuesto a cambiar un poco aceptó.

Se tomó su tiempo para ducharse y ponerse un outfit bonito, cuando se vió en el espejo se sintió cómodo con su aspecto, cosa que no sucede muy seguido. Antes de salir dió su vuelta usual por toda la casa verificando que estaba todo en orden y salió después de avisarle a Miguel que iba en camino.

Cómo no le quedaba tan lejos decidió ir a pie escuchando música, para variar escogió una playlist aleatoria que encontró buscando 'almuerzo alegre'.

─¡Iván! ¡hola hola hola! ─ a penas llegó a la puerta del lugar Miguel tan efusivo cómo siempre lo recibió con un apretado abrazo, Iván rió divertido.

─¡Miguel! ¡hola hola!─ parecía que no se veían en años pero solo habían pasado días desde su último encuentro, Iván culpaba a lo entrañable que podía llegar a ser su amigo.

Entraron y escogieron una mesa del fondo más alejada del ruido a petición de Iván, por suerte desde su lugar podía tener una hermosa vista del ventanal que mostraba un paisaje del soleado centro, a pesar de vivir ahí hace años aún le sorprendía lo hermosa que es la capital.

─¿Cómo estás Ivancito? ¿te sentís mejor?─ sonrió divertido por el apodo, no recordaba la última vez que lo había llamado así.

─Si ya estoy mejor, necesitaba descansar nada más─ debido a la calor del lugar se quitó su campera dejándola en el respaldo de la silla.

Al rato un mesero les trajo la carta a su mesa y no tardaron mucho en decidir que querían. Miguel pidió un platillo con un nombre que Iván no podría pronunciar ni en sus pensamientos, mientras que él mismo pidió unos canelones rellenos que le llamaron la atención, más su usual vaso de agua.

─¿Te conté que me compré una figurita de colección nueva?─ Miguel soltó una carcajada viendo la expresión decepcionada de Iván que gritaba "¿otra más? ¿sos joda?"

─¿Cuál te compraste ahora? dime al menos que no te gastaste un sueldo entero─ suspiró de alivio cuando Miguel asintió con una sonrisa.

Era impresionante para cualquiera la cantidad de figuras de distintos juegos y series que poseía Miguel, la última vez que lo visitó tenía dos muebles tan altos como el techo llenos de figuras, cada una más cara que la otra.

—Una de Takamaki, creo que es de las más baratas de que he comprado últimamente, me estoy haciendo humilde─ Iván no pudo evitar reír, aunque dudaba qué precio consideraba Miguel "barato" teniendo en cuenta que posee una figura de 50 mil pesos argentinos que supuestamente estaba en oferta.

Unos minutos después les trajeron a cada uno sus platos y bebestibles, Iván estaba sorprendido por la buena pinta que tenían y más que feliz probó un primer bocado, ''me siento como el de ratatouille cuando recuerda su infancia'' pensó. De cierta forma le recordaban un poco a las pastas que hacía su madre en casa y extrañó almorzar con ella.

Siguieron hablando de temas variados mientras comían y el tiempo pasó volando, casi a las 3 de la tarde estaban recién saliendo del restaurante, con Iván aún medio dolido por lo que costó ese plato y el demasiado pequeño vaso de agua ''comí algo rico ¿pero a qué costo?''.

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⏰ Última actualización: Sep 16, 2022 ⏰

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Atte. Iván ─ rodrivan (c.)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora