𖤍𝐂𝐨𝐥𝐨𝐫 𝐂𝐚𝐫𝐦𝐞𝐬𝐢྅ [terminada]

ᕙ•Uno faltan Seis•ᕗ

Una noche oscura, fría, la lluvia cada vez se hacía más fuerte, el ruido de la gente hablando y el sonido de los autos retumbaban una y otra vez en la cabeza de SeungMin. Estaba totalmente seguro que su cabeza explotaría, su cuerpo se hacía cada vez más pesado, y el calor subía conforme los minutos pasaban.

Lo único que quería era llegar a su departamento, tomar un baño frío y acurrucarse entre las cobijas de su cama, mientras disfrutaba de una buena película, adecuada para un clima como el que había aquel día.

Pero quién iba a pensar que sus planes serían arruinados por un grupo de personas, vestidas totalmente de negro, y que en su antebrazo, llevaban un sello el cual SeungMin conocía perfectamente. Soltó un suspiro de desesperación y fastidio, entro a un callejón, vacío y oscuro, que muy apenas era iluminado por una farola.

Pensó en escapar o en al menos despistar a las personas que lo buscaban. Pero claramente eso no fue así, pues al otro lado de la salida de aquel callejón estaban dos de aquellas personas, grandes y bastante fornidos, esperándolo. Quiso dar la vuelta y correr, pero tan solo dio un paso atrás y sintió el aura escalofriante de dos personas, que estaban justo detrás de él, a tan solo un metro.

—¡Mierda! — exclamó SeungMin

Ya no tenía escapatoria, sus únicas dos salidas estaban bloquedas. Era su fin, sabía que no resistiría a la paliza que le esperaba, moriría en aquel callejón, él lo sabía perfectamente. Cerro los ojos con fuerza, apretó ambos puños y tan solo espero, espero el primer golpe.

Los segundos se dieron a minutos y simplemente nada pasaba, no había recibido ningún golpe, ya no sentía aquellas auras frías y llenas de enojó detrás de él. Abrió poco a poco los ojos, miro a su alrededor confundido.

ー¿Pero que carajos? ー se dijo a si mismo al ver a aquellas personas que lo buscaban frente a él

Totalmente masacradas, sus ojos y extremidades arracadas de su cuerpo, su pecho totalmente abierto, con sus intestinos fuera de ellos, esparcidos por todos lados y un olor putrefacto emanando de ellos.

Min tapo su boca con amabas manos, un asco profundo y ganas de vomitar lo invadieron, un miedo y escalofrío lo recorrió. Ahora lo único que quería hacer era correr. Correr lo más lejos posible, olvidar aquella horrible y macabra imagen que sus ojos estaban viendo.

ーMierda, mierda, mierda ー dijo una y otra vez cuando por fin pudo reaccionar

Se dio media vuelta y comenzó a correr, sus pies empezaron con un dolor fuerte, que subió poco a poco por su cuerpo. Su vista se nublo, todo a su alrededor estaba borroso y cada vez más se ponía negro, '¿Porque?, ¿Porque?'. 

Se preguntaba una y otra vez, sentía cada vez más lejos la salido a ese callejón, hasta que sus piernas dejaron de responder, calló al piso, la lluvia mojaba su espalda y lágrimas desbordaba de sus ojos.

ー¿Porqué estoy llorando? ー tapo su rostro con sus manos

ーPobre cachorro perdido ー

Seung levanto la vista y frente a él estaba un chico de cabellera azul, vestido con jeans y chaqueta de cuero, sus manos llenas de sangre. Aquel chico de cabellera azul se inclino para quedar a la misma altura de SeungMin.

ー¿Q-quién eres tú? ー pregunto asustado

La luz de aquel faro que estaba en el callejón iluminó la cara del chico, dejando ver varias cicatrices que estaban sanando en su rostro, y aquellos ojos, color rojo vivo, labios color carmesí y de piel blanca.

ーPequeño cachorro yo te salve la vida ー tomó el rostro de Min en sus manos ーAhora eres mío ー sonrió aquel, dejando ver unos grandes colmillo y dientes afilados

Se acercó hasta su cuello, lamió primero, y sonrió felizmente, un sabor dulce y adictivo. Lamió un par de veces más, dejando por último un pequeño beso húmedo, para luego enterrar sus dientes en él, haciendo que SeungMin se retorciera de dolor.

Entre más dolor sentía SeungMin más lo disfrutaba el peli-azul. Kim sentía un fuerte calor recorrer todo su cuerpo, sus ojos por fin habían cambiado a un color rojo vivo, su piel de hizo más blanca de lo que era y su dentadura ya no era normal, ahora tenía dientes afilados con grandes colmillos.

'Cachorro, es mío ahora'