TENGAMOS UNA AVENTURA

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Con parsimonia, la mujer, acaricia el tallo de la copa de vino que tan atentamente le sirvió el barman. El local es muy chic, unas flores de buganvilla que aparentan una naturalidad que no poseen están distribuidas por el techo que separan el espacio de la zona de barra. El espejo que hay frente a ella le devuelve su reflejo y aprovecha para echar una discreta ojeada a su alrededor, su mirada se cruza con otra que resulta intensamente evaluadora. Se levanta del alto taburete y se dirige al sofá que queda frente al gran ventanal con vistas a la calle. Coloca la copa sobre la mesita baja cercana a su asiento. Es tarde y hay muy pocos clientes, pero siente la mirada de todos ellos fijada en ella. Para ser más exactos, apostaría que todos devoran sus piernas y su culo.

Con descaro se sube un poco más el bajo del vestido para mostrar bien la mercancía. Esta noche a salido a pescar un rico y caro pescado. El que tenga la billetera más llena se la llevará como un trofeo a casa.

Se sienta y es muy consciente que, en el vidrio del ventanal, se puede apreciar perfectamente su reflejo, por eso aprovecha para abrir un poco más las piernas para que se cree entre ellas una mística y atrayente oscuridad con el juego de luces que hay en el bar.

Todo en ella es misterio. Es una sirena que atrae a los marineros hacia la muerte con su belleza.

Desde que entró por la puerta fue el objeto de deseo de todos ellos. Un hombre que permanece sentado en un rincón apartado de la barra es testigo de todo el espectáculo que está montado aquella Afrodita. Tiene claro que todo en ella tiene un precio. Lo lleva escrito sobre la piel. Su actitud es tan estudiada que resulta mecánica. No es a la primera que ve actuando de esa manera, para él todas ellas se comportan igual. Buscan pillar al más incauto o al más rico, si tienen suerte, otras veces son ellas las cazadas. En cualquier rincón del mundo te las encuentras, algunas con más clase que otras, más discretas o pueden ser bastante descaradas. Aquella mantiene una frescura y una elegancia embriagadoras.

Con apatía ve como el primero de lo que sospecha será una larga lista de pringados pasa a presentar sus respetos. En un momento dado, piensa que es como ver a una reina que desprecia a los súbditos. El error que han cometido sus antecesores es pensar que son dignos de ella. Para conquistar a una mujer de su clase no solo hay que tener una buena cartera, también hay que tener la seguridad que conoces las reglas del juego.

Toma asiento en la otra punta del sofá que ocupa sin dar muestras de reconocimiento hacia su persona. Luego hace una señal al camarero para que le traiga otra bebida y la deja sobre la mesa. Muy lentamente saca la tarjeta electrónica que abre su habitación. Ambos objetos los desliza sobre la superficie hasta quedar frente a mujer y luego se levanta sin decir nada. Cuando va a dar el primer paso hacia la salida ella lo detiene.

_¡Espera!. ¿A qué viene esto?, ¿qué pretendes?

_Voy a cenar. Cuando suba, espero que estés en la habitación. Te quiero desnuda y en la cama, esperándome.

_¿Pero qué te has creído que soy?

_¿Quieres que juguemos a ese juego?, muy bien. Eres bien venida a acompañarme durante la cena y así nos conocemos mejor.

La mujer se levanta, asegurándose que su acompañante tenga una visión perfecta de su entrepierna.

Ambos salen del local y emprenden el camino hacia el cercano restaurante.

El jefe de sala los acompaña a la mesa, donde un camarero se apresura a poner un segundo servicio.

_¿No esperabas compañía esta noche?_La chica pregunta mientras termina de instalarse en su asiento.

_No, Ninguna_Informa él mientras coloca su servilleta sobre su regazo primorosamente.

_¿De dónde eres?. Tu acento parece americano.

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⏰ Última actualización: Sep 09, 2022 ⏰

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