Nimphos

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Y pues, veamos cómo dos inútiles del siglo XXI se metieron en un portal que no sabían dónde conducía.
El pobre Alair preocupado por su compañera de piso,se metió dentro del portal, sin olvidar de llevarse una linterna y provisiones por si las moscas. Y el misterioso libro de Nimphe.
La caída fue tan suave que parecía nadar en un lago profundo. Sin embargo, cuando cayeron, se dieron la hostia de su vida.Al menos el pobre Alair, porque Nimphe se cayó encima de Alair.
Aun así, la que se quejó fue ella.
–Ay, qué daño!–
–¡No te quejes, Nimphe, que creo que me he hecho más daño yo que me he caído al suelo!–
–No lloriquees, que eres un hombre. –
Dicho eso,Nimphe se levantó y se sacó el polvo de la ropa.
–Oye Alair... Porque putas vas vestido del jodido Robin Hood?–
–Bueeno... Tú pareces una hechicera típica de un videojuego.–
–Espera... Pareces más un tío del Señor de los Anillos. –
Alair se levantó y se puso delante suya. Demasiado cerca. Nimphe dió un paso atrás.
–Quita, quita, pedazo de... –
–¿De qué?–
Nimphe suspiró y se fue a mirar alrededor.
–Donde estamos?–
–Si yo lo supiera... No traigo un mapa conmigo–
–Muy gracioso, Don Comedias.–
–Si yo te dijera lo que eres... Brujita.–
–¿Cómo he podido vivir contigo 2 años?–
–Soportándome, Nimphe.–Alair miró el cielo.–Es de noche. Las niñas como tú deberían dormir ya... Si no viene el lobo y se las come.–
–Cállate, Alair.Los abuelos deben dormir la siesta.–
Y así ambos se fueron a descansar.
Nimphe durmiendo como un tronco, y Alair con sueño ligero, despertándose bruscamente al oír un ruido.
Lo que vio a continuación,lo dejó atónito.

Secretos del tiempoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora