Capítulo 5

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Las semanas siguientes ambos se acostumbran a su nueva rutina. Harry ha conseguido el trabajo de media jornada en la escuela que postuló gracias a Louis. Todo está en calma, sin embargo, las palabras que Harry le dijo aquel día que su madre los visitó se repiten en su mente.

Cuando es su hora de colación decide llamar a su madre.

—Hola, mamá— Dice tranquilamente.

—Hola, amor, ¿qué te tiene preocupado?— La calma en la voz de su madre lo sorprende.

—¿Qué?, no...— Lo aturde por algunos segundos, lo rápido que es su madre para intuir sus dudas —¿Cómo sabes?— Suspira.

—Soy tu madre, lo puedo sentir dentro mío. Además me estás llamando a media semana, en tu horario de colación. Lo que te tiene preocupado no te está dejando libre— Su madre tiene razón, necesita sacarse de su mente las preguntas que tiene, y que sólo ella puede responder.

—Yo... ¿puedo preguntarte algo?—

—Por supuesto, Boo— El apodo le entrega la calma necesaria para continuar.

—Cuando perdí la vista, ¿no tuviste miedo... ¿Cuándo te embarazaste de las gemelas?—

—Siempre supe que algún día me preguntarías esto, y tengo tantas respuestas que he ensayado, pero, no, amor. Nunca tuve miedo, porque siempre fuiste un chico tan valiente, tan seguro de ti mismo. Cuando nos dieron tu diagnóstico tomaste mi mano y me dijiste 'tranquila mamá, todo estará bien, estaré bien' y lloré tanto, noches enteras deseando que todo fuese solo una pesadilla, y que en vez de faltar tu vista, fuera la mía. Pero ahora te veo, y eres todo lo que he querido en un hijo, que sea valiente, que no tenga miedo del futuro, que sea independiente. No tienes tu vista, pero esa es la única diferencia que tienes con tus hermanas, eres exactamente el hombre que siempre pensé que serías—

Louis no puede hablar, las lágrimas caen por su rostro sin poder detenerlas. Recuerda aquel momento en que con el inicio de su vista borrosa y el diagnóstico de una ceguera total, el rostro de su madre se deformó, vio el miedo, la tristeza, las preocupaciones y también la culpa.

—Te amo, hijo. Estoy orgullosa de ti— La voz de su madre se quiebra, y él también no puede evitar las lágrimas que pican por brotar en sus ojos.

—Gracias, mamá, por criarme como lo hiciste— Apenas puede modular.

—Ahora cuéntame, bebé, ¿cómo va tu trabajo?— Louis se ríe tras las lágrimas y antes de volver a una conversación cotidiana con su madre.

Es en una mañana de domingo, que Louis despierta con su brazo envuelto sobre el vientre de Harry, y los pensamientos comienzan a llenar su cabeza.

Acaricia bajo el ombligo de Harry donde una línea divide sus abdominales, y lo imagina, el vientre de Harry redondeado y algunos pequeños golpecitos sobre su piel estirada. Louis sonríe, y el sólo pensamiento le hace sentir calor en su pecho.

Es sólo algunas semanas después cuando Lottie le muestra a Harry una fotografía del vientre más abultado de su madre con una ecografía en cada mano, y la emoción que siente Harry al verla, que considera es el momento de hablar con él.

—¿Harry?— pregunta mientras comen budín de plátano que preparó Harry para una pequeña celebración en la escuela al día siguiente.

—¿Si?— Pregunta tranquilo como siempre.

—Creo que estoy listo—

—Oh, ¿ya te quieres dormir?, son sólo las 9 amor— Dice con duda.

—No— Louis se ríe —Estoy listo, si es que tu también lo quieres— Y antes de que Harry pueda hablar, termina su frase —Estoy listo para que tengamos un bebé—

Braille (Larry Stylinson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora