treinta*

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[Advertencia: Smut. Contenido explícito. Palabras vulgares]


Era otra tarde más. O mejor decir, un día más que aún no estaba por terminar.

Por suerte, el frío había cesado un poco, dejando a Louis poder tomar una larga ducha para consentirse y pensar un poco sobre los recientes sucesos.

Su relación con Harry había evolucionado de una manera espontánea y muy rápida. De un día para otro estaban ellos dos juntos, como una pareja feliz y que tenía mucho por entregar al otro.

Harry está realmente encantado con Louis, al igual éste. Louis aún no hallaba la manera en que Harry pudo atraparlo y así hacerlo solamente suyo. Y cuando hablamos de solamente suyo, significaba que nadie más tenía la disposición de poder acercársele.

Al principio a Louis le parecía como otra de las boberías de Harry, en donde no le soltaba la mano para que fuera a saludar a sus amigos. Pero después de unos días dio a entender que todo era en serio. Pues, Harry solo lo quería para él y a Louis en parte no le incomodaba.

Todo el barrio estaba al tanto de la enorme noticia: En donde Harry había conseguido su nuevo juguete de obsesión. Ellos pensaban que era otro hombre que terminaría muerto y torturado por las manos del hombre rizado y psicópata.

Sin embargo, esto era otro caso. Harry era muy diferente con Louis a cambio de los otros. No sé sabía si calmarse por ello o preocuparse más que antes. Porque Harry era Harry, todos lo conocían muy bien y veían los límites a los que éste podía llegar.

Sólo quedaba esperar y ver lo que quizás podía suceder...

Después de su gran duchazo con agua de la tal vez Antártida, secarse con una toalla a la que luego ató a su cintura y peinarse el cabello y dejarlo secarse a lo natural, Louis buscaba entre las gavetas del cuarto baño su -masculina- crema corporal.

Por así decirlo, es de esos hombres delicados que les gustaba cuidar su imagen, pero que no sabían cómo llevar en orden su vida y sentimientos.

"Joder, dónde la habré dejado.", se queja, rebuscándose todavía entre los cajones sobrantes.

Al pasar un par de minutos, él se da un golpe en la cabeza, recordando que compró una nueva y la había dejado en las bolsas del supermercado que estaban en la cocina. Muy retrasado de su parte, pero muy común en muchos.

Salió del baño, caminando por un pasillo hasta llegar a la cocina en donde se podía ver las bolsas del supermercado vacías. Algo extrañado se acerca, mirando minucioso cada parte del lugar hasta poder encontrar aquello.

"¿Buscabas esto?", habla alguien a sus espaldas, no asustándose al reconocer bien esa voz.

Se voltea a ver, topándose con Harry que tiene su mano alzada con la crema corporal. "Creo que ya me acostumbre a tus apariciones mágicas.", dice bromeando mientras se acerca a aquel.

Harry sonríe. "¿Ah, sí?"

"Sí.", Louis intenta arrebatarle el bote de crema.

El rizado es más rápido; alzando su brazo hasta el techo para que aquel no alcanzara la crema. Mientras Louis daba saltitos para poder tomarla, con su mano libre agarró una de las mejías del culo de éste. "Pero no te has acostumbrado a esto.", le da un palmazo.

El mayor se aleja, con su cara teñida de rojo. "No vuelvas hacer eso.", pide perturbado.

Se acerca sigiloso. "Vamos, amor... ¿No quieres hacer travesuras conmigo?", pregunta seductor, pasando sus dedos por los bordes de la toalla.

Voicemail » larry stylinsonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora