ɴɪɢʜᴛᴍᴀʀᴇ | ʜʏᴜɴʟɪx

ʜᴏᴡ ᴄᴏᴜʟᴅ ʏᴏᴜ

Hyunjin
La verdad el haber permitido que Felix se fuera de esa manera me ha dejado un mal sabor de boca, pero sinceramente me dejó muy descolocado lo que me dijo, jamás creí que él llegara a pensar eso de mí, además que no hemos tenido ese tipo de acercamiento como para que piense que me lo quiero llevar a la cama, aunque de cierta manera lo entiendo, con la forma tan desagradable de mirar del productor hacia él, el solo recordarlo me hace sentir rabia y quisiera molerlo a golpes.

Ya me encuentro de nuevo en mi estudio, siempre que me reúno con él la inspiración llega como un tsunami y me arrasa por varios días, pero es que me desequilibra. Me da irritación el saber que alguien con el que apenas he tenido un cruce de palabras tenga tanto poder sobre mí, jamás he permitido que las personas tengan algún tipo de control, siempre he sido yo y solo yo.

Dejo de escribir en el pc y me levanto un poco irritado por la situación, camino fuera del estudio y me dirijo a la cocina, mi rutina todos los días es la misma, estudio-cocina-habitación, pero prefiero estar con la mente ocupada, si no, volveré a tocar fondo.

Un escalofrío me recorre completamente y siento la lluvia mojar mi cuerpo mientras todas esas imágenes me transportan a aquellos días. Oscuridad, gritos, golpes, pastillas, todo eso hace parte de mi niñez y puedo decir que, a pesar del panorama, siempre quise darle una sonrisa a mi madre, aunque lo único que recibía de ella eran palabras vacías y sonrisas drogadas.

Mi padre nos dejó al descubrir la adicción de mi madre, él, aunque al principio me visitaba, después de un tiempo solo hacía llamadas con promesas falsas y debido a todo eso, mi madre empeoró. Me llevaron donde una psicóloga por el tema del trauma infantil, pero jamás pude decir como me sentía realmente, no confiaba en nadie. A medida que pasó el tiempo, mi madre logró llevar una doble vida, donde frente al mundo era una madre perfecta, pero dentro de las paredes de nuestra casa, era una mujer drogadicta que no era capaz de buscar ayuda para superar su inestabilidad mental.

Un día que llegaba del colegio, encontré a mi madre en la sala de la casa con los ojos blancos y espuma en la boca, como pude, logré llevarla a emergencias y después de un lavado de estómago, volvimos a casa. Jamás se habló del tema y desde ese momento, perdí a mi madre, la perdí sentimentalmente. Ese día mi madre murió para mí.

Me fuí de la casa días después del suceso y empecé a valerme por mi mismo, siempre he amado la música y quería estudiarla en una universidad, pero la vida tenía planes diferentes. Solo tenía 16 años, por lo tanto, los trabajos que conseguía nunca fueron de gran reputación, pero me daban para pagar una habitación y la comida diaria, sin embargo, nunca dejé de escribir, era lo único que me alejaba de mi realidad.

Mi actual manager me descubrió en uno de mis trabajos, era un mesero, pero el dueño me dejaba rapear mis letras en las noches, desde entonces mi carrera empezó y ahora soy lo que soy, gracias al sudor de mi frente y al nunca rendirme. Recordar aquellos tiempos solo hace que se me humedezcan los ojos, lloré demasiado durante ese tiempo, era solo un niño que extrañaba a su madre y padre, pero sabía que iba a estar solo el resto de mi vida y así ha sido. Siempre en soledad.

Felix
Palidezco al escuchar esa asquerosa voz y lo primero que hago es colgar la llamada, debo ir a cambiar mi número de teléfono. Arrojo el celular sobre mi cama y trato de respirar, mis manos van a mi cabeza y me acurruco en el piso de la habitación. Recuerdos y más recuerdos me golpean y siento que mi vida se acaba al saber que él me ha encontrado nuevamente, lo malo de ser famoso es la maldita falta de privacidad.

Después de varios minutos, recobro la respiración y me levanto lentamente.

—Ok Felix, cálmate, simplemente cambia de número y ya, la última vez funcionó, así que... —vuelve a sonar mi teléfono, pero esta vez es la notificación de un mensaje. Me acerco a la cama con el cuerpo temblando y al revisar las notificaciones veo que es un texto de mi manager, suspiro y lo leo.

Luego de varias horas, ya más tranquilo y con nuevas noticias sobre el MV, me dispongo a dormir, mañana será un largo día.