ɴɪɢʜᴛᴍᴀʀᴇ | ʜʏᴜɴʟɪx

ᴘʀᴏᴘᴜᴇꜱᴛᴀ

Hyunjin
Los minutos pasan y se convierten en horas, siento que el mundo se paraliza mientras esa luz roja de la sala de cirugía sigue encendida, aún estoy sentado sobre la misma silla, no me he levantado por temor a que salgan y no me encuentren. Una enfermera se me acerca y me pide unos datos de Felix, todavía estoy pensando si llamar a su manager o no, creo que sería lo mejor para que se encargue de todo el papeleo, pero no sé que tipo de confianza tendrá con él así que prefiero esperar a que todo esto baje un poco de nivel, menos mal este hospital es solo para gente famosa y de estas puertas no va a salir ningún tipo de información o chisme.

Me vuelvo a acomodar en esa dura silla cuando sale el doctor de aquella sala, se me acerca y me indica que él está fuera de peligro, él está a salvo, suelto el aire que llevo guardado en los pulmones desde que ingresé a este lugar y le agradezco al doctor, me informa a que habitación lo van a trasladar y me indica el número para que pueda verlo. Subo en el ascensor y camino por aquel pasillo desierto y frío, mi cuerpo aún tiembla al recordar el cómo lo encontré, pero me doy ánimos para darle fortaleza a él, sé que la necesita.

Al ingresar a su habitación, que por cierto es como una suite, supongo que es por el tipo de seguro que paga, beneficios de ser famoso, ¡ja!, algo de sarcasmo quizás me anime. Me acerco a la cama y lo veo conectado a unas pocas máquinas que se encargan de verificar que se encuentra estable, tiene un pequeño respirador que está debajo de su nariz y vendas en las dos manos, me coloco al lado derecho de él y lo veo, lo admiro en silencio y no me cabe en la cabeza todo lo que ha sufrido para llegar a pensar en este tipo de salida, le muevo un poco el cabello que tiene sobre el rostro y sigo revisando que todo esté en orden, parece un ángel, sonrío ante aquel pensamiento. Acerco una silla y me quedo a su lado por unos pocos minutos antes de empezar a rapear en voz baja la canción que le escribí, he decidido que esa canción le pertenece y cuando pronuncio la última frase él abre sus hermosos ojos.

Me voltea a ver y una pequeña sonrisa se forma en sus labios la cual yo correspondo enseguida, esta conexión que siento con él es demasiado para mí, sus ojos me transmiten toda la tristeza y felicidad que tiene guardada al mismo tiempo, pequeñas lágrimas empiezan a caer por sus mejillas y yo las limpio con mis dedos mientras seguimos sumidos en un tranquilo silencio, solo se necesitan nuestras miradas para decirnos todo, la de él me dice ayúdame, la mía dice estoy contigo.