I Want Your Love, I Need Your Love

Penúltima Parte

Omega y Alfa se besaban y tocaban con adoración. Habían estado tanteando el cuerpo del otro y recibiendo sus caricias gustosamente sin darle importancia al exterior.

Sin embargo, tuvieron que detenerse cuando escucharon el llanto de su pequeño hijo.

El pequeño cachorro lloraba a todo pulmón y con sus gritos pedía con urgencia estar en los brazos del Omega.

—K-Kotaro... Oh, mi pequeño bebé... Me necesita.

—¿Quieres que lo traiga? —preguntó el Alfa.

—S-Sí, por favor. Aún estoy en celo, pero puedo encargarme de él y arrullarlo. 

—De acuerdo —Kojiro se levantó de la cama y le dio un suave beso en la frente a su Omega antes de salir.

Momentos después entró con su pequeño cachorro en brazos y con el otro Alfa y Beta junto a él.

—Ten, mi amor —Kojiro le paso cuidadosamente al bebé. Le estaban temblando las manos, pero aun así sostenía con delicadeza a su hijo.

Kaoru lo recibió y besó su cabecita.

—Estoy aquí, Kotaro... —susurró con suavidad —Papá y yo estamos aquí contigo... Alfa está aquí con nosotros.

Ahora era una realidad. Una hermosa y gratificante realidad para Kaoru.

¡Y parecía tan irreal!

—Andrew... —Kojiro se volvió hacia el otro Alfa —¿Hay algún hotel cerca de aquí?

—Sí —respondió Andrew, captando en el acto lo que el otro deseaba hacer —Esta a unas cuantas cuadras, pero no es muy lejos.

—Está bien, gracias —Kojiro sonrió y se giró hacia su Omega. Se veía mucho mejor a como lo encontró. Su mirada brillaba y estaba fija en el cachorro mientras lo alimentaba.

Sin embargo, su celo podía dispararse en cualquier momento. Y eso le preocupaba bastante.

—Nosotros podemos encargarnos de Kotaro —ofreció Andrew.

—¿Están seguros? —Kojiro ya había abusado bastante de su amabilidad, no sentía que era apropiado.

—Sí, no te preocupes, Joe —Hiromi le dio unas suaves palmaditas en la espalda —Tu Omega te necesita y debes recuperar tiempo perdido con él.

—¿Y si el cachorro despierta o necesita a Kaoru?

—Oh, no te preocupes de eso. Si Kotaro despierta, puedo llamarlos para que Kaoru se comunique con él. Antes de ir a Italia, compré unos intercomunicadores y un monitor para cachorros. Aún no los hemos usado, pero podemos probarlos.

Ahora que Kojiro lo pensaba, y se daba cuenta de ello, Kotaro tenía un mameluco de tigre puesto. Asumió que había venido también del dinero del otro Alfa.

Sintió un nudo en el estómago.

Como Alfa y padre, era su deber brindarle todas esas cosas a su Omega y a su cachorro.

Era su maldit0 deber y...

—¿K-Kojiro? —lo llamó su Omega —¿Sucede algo?

—No, cariño. No sucede nada.

Mintió.

Mintió y se guardó la impotencia que estaba sintiendo. Lo hizo para no angustiar y preocupar a su Omega.

—K-Kotaro ya terminó de comer y está profundamente dormido —avisó Kaoru —Así que si tienes planes de llevarme a otro lugar para pasar el resto de mi celo a tu lado, hay que apresurarnos cuanto antes.