CAPITULO 1.

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Creo en el destino.

No en el tipo de destino que tiene toda tu vida planeada creo en el tipo de destino que tiene un resultado final, y que a pesar de todo lo que se haga el resultado siempre será el mismo. Ser la escritora de la década como lo llama The New York Times era algo que estaba en mi destino y agradecía por ello, pero yo aun lo queria a él.

El habia consumido mis pensamientos durante los últimos 3 años de mi vida, y él me sigue en cada paso que doy.

He intentado dejarlo atrás, dejarlo ir.

Juro por dios que lo he intentado, pero no hay un solo día de mi vida el que él no esté presente. Me persigue, me consume, me tiene.

Ni siquiera hemos tenido algo, nunca tuvimos nada. Nada más allá de nuestra relación profesional. Nada.

Nunca hemos tenido nada.

Pero en la noche, en mis sueños, él y yo lo somos todo, al igual que él es mi todo yo lo soy para él. Él me quiere, me cuida, yo soy su todo. Ojalá algo de eso fuera real. Pero lo real es que el apenas si me conoce, y hace más de tres años que no nos vemos. Aún recuerdo la última vez que lo vi, el llevaba un traje que se amoldaba perfecto a él, iba sin su barba, la barba que tanto me atormentaba, y estuvo ahi conmigo en la graduación de la secundaria. Tenía apenas 16 años cuando lo conoci, me pregunto mi nombre y luego lo puso como ejemplo para un ejercicio. Violet. Mi nombre sonaba tan bien viniendo de él.

Estaba obsesionada.

Encaprichada.

Hasta el cansancio.

Pero como ya lo dije creo en el destino y en las cosas que están destinadas para nosotros, asi que cuando recibí una llamada de unas de mis excompañeras de clase acerca de un viaje de exalumnos, en donde el estaría ahi, supervisándonos, acepte más que encantada y le agradecí a todos los dioses habidos y por haber, por semejante regalo. Era la oportunidad perfecta, y la iba a aprovechar.

SONG: Ready for it? - Taylor Swift.

Pequeña Oscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora