CAPITULO 15.

33 4 0
                                    

A penas es medio día y he pasado toda la mañana escondida en mi recamara preparando todo lo que voy a decirle.

Necesito decirle tantas cosas, pero principalmente, que necesito que se quede conmigo, que no quiero que se vaya nunca, pero no quiero sonar desesperada, sin embargo, cada uno de mis discursos preparados es o muy desesperado o demasiado frio como para que se quede.

Harta de mí misma y de mi cobardía bajo rapidamente las escaleras, y examino la habitación intentando encontrarlo, pero no lo encuentro ni ahi ni en algún otro lugar de la casa, y finalmente me decido a preguntarle a Meghan.

-¿No te has enterado? El profesor Smith ha salido esta mañana.

-Y-yo no te creo. Él no se iría así.

-Lo siento, Violet. No has sido nada más que una aventura para tu pequeña obsesión.

Se me hiela la sangre cuando ella dice obsesión.

-Y-yo no sé de qué estás hablando.

-No tienes que fingir conmigo, todo el mundo sabe que solo fingías ser lista en su clase para agradarle. Todo el instituto sabía que estabas enamorada de él, seguramente el tambien, y se aprovechó de eso. Te usaron, y probablemente no será ni la primera ni la última vez que lo hagan. Rubia tonta.

Meghan se fue, mientras yo me quedaba parada en medio del pasillo, con el alma rota y el corazón hecho cenizas.

El me habia usado.

No era nada más que una rubia tonta para él.

Aun con las palabra de Meghan resonando en mi interior me dirigí a mi habitación de nuevo con la intención de lamentarme ahi durante los últimos 60 años de mi vida. Pero después de un tiempo se escucha el ajetreo de los padres recogiendo a sus hijos y finalmente la puesta se cierra y me quedo en un silencio sepulcral, en donde solo escucho sus palabras, nuestros gemidos cuando estuvimos juntos, y todavia puedo sentirlo, puedo sentirnos juntos, y entre más recuerdo cada uno de nuestros encuentros mis silenciosos sollozos se vuelven más fuertes, hasta convertirse en gritos de dolor, que de ninguna manera pueden representar como me siento.

Mas tarde me limpio las lágrimas y corro al centro comercial más cercano, en el auto recibo la llamada de un compañero de la editorial y tambien mi único amigo.

Justo ahora está en mi casa, pero no puede entrar por que no estoy, asi que le explico rapidamente en donde está la llave de repuesto y le prometo llegar lo más rápido posible y cuelgo. En el centro comercial compro dos cajitas de tintes castaños, sin parar de pensar en dejar de ser solo una rubia tonta.

De regreso a casa veo el auto de mi amigo Isaac irse y bastante confundida entro a mi casa.

Tal vez tuvo una urgencia.

Pero cuando entro algo se siente diferente, la casa está sola pero no se siente asi.

Reviso la parte de abajo dos veces intentado encontrar de donde viene la energia que siento, pero termino por darme por vencida y subo al baño donde preparo la mezcla del tinte, y corro a mi habitacion a por una liga para sujetarme el pelo correctamente, y cuando entro rapidamente a la habitación, me quedo helada con la vista que recibo.

Pequeña Oscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora