CAPITULO 6.

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ASHER.

Puedo ver el cambio de actitud en mi pequeña Violet cuando mi insufrible compañero de trabajo entra.

Violet deja de tararear y ahora está más blanca que el papel, nunca supe a ciencia cierta que sucedió entre ellos, lo único que sabia era lo que se rumoraba en la sala de maestros.

Se decia que ella le habia roto los vidrios del auto, pero nunca le pudieron probar nada, y termino siendo solo un chisme. Pero ahora más que nunca estaba convencido de que él le hizo algo.

Mi confiada y amable Violet no podria actuar mal con nadie y mucho menos alguien podria ponerla tan miedosa sin un antecedente.

¿Habrá intentado tocarla?

Juro por dios que, si ese tipo se le habia acercado a menos de un metro iba a asesinarlo, ya tenía suficientes ganas viendo como hacia temblar a mi pequeña, pero si ese tipo la ha tocado lo despellejaría vivo.

Ademas ese imbecil nunca me ha agradado, es demasiado petulante, pensando que él tiene todo el conocimiento y que no se le puede dudar; además habia visto como trataba a sus alumnos dentro de clases, era un imbecil.

Mi linda Violet miraba a cualquier lado menos a Osborn, y su amiga Alexa sonreía obviamente disfrutando la incomodidad de mi angelito.

Osborn sonrio lentamente y con una mirada depredadora cuando vio a mi Violet.

¿Mia?

Si. Mia.

Mi Violet. Completamente mía.

Puede que ella nunca me quiera, pero cuidaría de ella con mi vida, sería un honor.

Sería un honor llamarla mía, incluso si es solo para protegerla. Era vagamente consiente de que Barbara la mamá de Alexa me hacia una invitación a tomar una copa, obviamente coqueteando conmigo.

Sabiendo que, si no la detengo ahora, no poder hacerlo después, hablo.

-Señora Barbara francamente no creo poder y para serle sincero tampoco estoy interesado. Ademas he oído que usted tiene una pareja, no sea tan descortés y por favor retírese.

Barbara me mira con clara furia en los ojos, pero se limitó a bufar y salir de ahi tan rápido como puede, obviamente queriendo evitar que su novio con 5 cifras de sueldo se vaya. Ahora que no tengo nada más ocupando mis oidos me limito a mirar a Violet, y esta tan nerviosa que tira la mitad de las papas. Me apresuro a ayudarla, poniendo las papas de la mesa de nuevo en el tazón y ella corre a barrer las que estan en el piso. Cuando una sonrisa se desliza por sus labios, creo que nada puede hacerme más feliz, excepto cuando su melódica y lenta voz dice "Muchas gracias, profesor Smith"

Jo. De. Me.

Estoy más duro justo ahora de lo que he estado en toda mi vida.

Pero mi momento de intimidad con Violet se ve interrumpido.

-Asi que, cuéntanos Vi. ¿Qué estudias?- habla el profesor Osborn, con un gran tono condescendiente, y quiero golpearlo por llamarla asi, pero entonces Alexandra habla.

-Si, Vi. Cuéntanos a que universidad aplicaste.

-Alexa, tu mejor que nadie sabes que no aplique para ninguna universidad. Asi que no, no estudio nada Señor Osborn

No paso por alto la ira en sus palabras y su mueca de asco cuando nombra a Osborn.

-Siempre lo supe para ser sincero, señorita Vi. Era obvio que no estaba destinada a nada importante, y tampoco lo estaba a algo tan básico como una carrera o una universidad.

En ese momento estoy más que decidido a asesinar a Osborn. Nadie trata asi a mi pequeña florecilla y se sale con la suya. Observo sus ojos viéndola pasar del desaliento, a la colera para colocar finalmente una máscara de arrogancia.

-Señor Osborn, de ninguna manera estaba destinada a un futuro tan mediocre y tan frustrante como estudiar una carrera, que evidentemente no amo, lo que me hace tan infeliz que tengo que compartir mi desalegria con el mundo y en específico con mis alumnos. De ninguna manera pertenezco a un destino tan patético como ese, aunque todo lo anterior sea tan similar a su vida. - el profesor Osborn abre su boca empezando a objetar mientras su cara se pone roja de la ira, pero mi florecilla lo acalla rapidamente- Debe comprender Señor que estaba destinada a cosas más grandes que ir a una universidad siguiendo los estándares que se nos impusieron. Como usted supuso no estaba destinada a nada grande, estaba destinada a cosas enormes, con logros y una satisfaccion personal que nunca, nunca, en su vida ha sentido o podrá sentir.

Aun mientras todos estan atónitos, incluyéndome, ella recibe una llamada de alguien con un nombre que percibo tiene un solo corazón. En rojo. Ella contesta inmediatamente. La alegría llegando a sus rasgos.

-Hola, mi amor. Te he extrañado tanto.

Observo como ella sube sin sus bocadillos la escalera y escucho como cierra la puerta de su habitación, mientras la decepción, el desconsuelo y un profundo duelo se alberga en mi pecho.

Me excuso con un dolor de cabeza y subo a mi habitación, donde camino de un lado a otro, me siento en la gran cama sintiendo una profunda tristeza en donde me quedo dormido, soñando con unos bellos ojos grises.

Pequeña Oscura ObsesiónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora