capítulo 15

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No sabía que hacer o que pensar cuando perdí a mi bebé. Estaba destrozado, al poco tiempo perdí el apetito y empecé a perder interés en muchas cosas. Al pasar los días acabe enfermando, no tenía fuerzas para poder moverme, todo me dolía. Rusia se quedó a mi lado todo el tiempo, me daba de comer, me ayudó a ir al baño y me tarareaba una canción antes de dormir.

Estuve todo el mes en el hospital. Algunos countrys venían a verme y otros hacían videollamadas cuando me encontraba con fuerzas.

Cuando terminó el mes me encontré mejor, al fin OMS pudo darme de alta. A pesar de estar el la zona trasera del hospital en la cuarta planta, podía escuchar de fondo a las personas de la puerta principal del hospital protestar. Rusia no quiso explicarme nada del tema al igual que OMS y ONU.

-Muy bien mi amor, nos vamos ya?

Pude ver cómo Rusia se acercaba a mi con una silla de ruedas. Puede que me allá recuperado de la fiebre, pero sigo algo débil, no tengo la suficiente fuerza para poder mantenerme de pie por más de 10 segundos.

-No sabes cuánto deseo irme de este hospital.

Acarició mi mejilla antes de darme un suave y corto beso en mis labios. Me ayudó a sentarme en la silla de ruedas y me llevo asta el ascensor, una vez estuvimos en la recepción nos encontramos con OMS, quien nos dio una bolsa con unos medicamentos para mí.

Rusia me llevo asta el aeropuerto, cuando le pregunté me dijo que iríamos a su país.

En todo el viaje en avión hacía Moscú estuve pensando. Quiera estar solo por un tiempo, ya le comenté a ONU el día anterior, pero no lo tenía muy seguro en ese momento, así que no se lo confirme. Solo espero que Rusia entienda por qué quiero estar solo, de todos modos tengo pensado irme solo dos semanas por lo mínimo.

***

Hace una hora llegamos a mi capital. Fuimos al ayuntamiento a por unos papeles que me tiene que entregar Putin, en todo el camino en coche pude observar a México inquieto. Pensé que solo tenía frió, así que le puse mi chaqueta encima a modo de manta, el me miró y me beso en la mejilla.

Cuando estaba terminando de hablar con Putin, México me llamó la atención. Tanto yo como Putin y los agentes de seguridad que habían en la habitación le prestemos a tención.

-Rusia.

-Si, mi ángel?

-Solo quería decirte algo a ti y a tu presidente.

-A bueno, que tienes que decirnos?

-Podriamis hablar en privado?- Se notaba nervioso.

-Por que? Que sucede?

-No es nada, tranquilo, solo que no hace falta que esten les agentes de seguridad, es que ponen nervioso.

-Con mucho respeto, pero no podra ser. Ya que nuestro deber es proteger a nuestra representacion, nuestro presidente y a ested señor México, ya que es la pareja de nuestro country.- Me molesto que le hablara de ese modo a mi amado, los soldados no tienen permitido hablar. México suspiro y miro a mi presidente.

-Señor Putin, con todo respeto le pido que que le diga a su agente que guarde silenció.

-Ya escucho soldado.

-Cariño, que pasa?

-Mira osito, no sé cómo te lo tomes, pero quiero que sepas que yo no te dejare.- Dejar? Esa palabra recorría mi mente como el veneno, estaba empezando a ponerme nervioso.- Mira, ONU me ofreció tomarme un tiempo lejos de la civilización, en la mansión que tiene en su isla privada, es decir, sin ti y sin nadie, por lo menos dos semanas.- Miró a mi presidente y se le acercó.- Putin, ONU me pidió que te dijera, que le digas a mi presidente que te entregué los documentos que sean para mí en la reunión que tienes con el en la tarde.

Nunca nos separarán. (Rusmex) +18 (Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora