*TRIGGER WARNING: Aunque no pasa nada estrictamente violento, sugiero que aquellas personas de sensibilidad delicada lean con cuidado *
Stiles abrió los ojos con dificultad, el punzante sonido de su alarma le recordaba de manera inminente la mañana.
*Otro día, otra mierda más con que lidiar*
Apagó su alarma con pesadez y miró la hora, aún era temprano así que se dio unos minutos antes de levantarse a continuar sus preparaciones. El humano se encontraba boca arriba, observando el techo de su cuarto, mirando con lentitud las grietas en la madera y contándolas una por una sin razón. El día de ayer había sido igual de rutinario que los demás, las mismas personas perturbadoras, su mismo acosador, la misma escuela y las mismas clases que atender.
Stiles posó sus manos en su regazo, Justo encima de su ombligo, jugueteó con sus dedos, su expresión era ausente, fría, casi igual de congelante que la piel de sus manos, las cuales estaban empapadas en sudor, a pesar de su inexpresividad su corazón se encontraba galopando en su caja torácica, aquellos latidos hacían armonía con su respiración agresiva, casi jadeante.
-Ufff- murmuró Stiles por lo bajo, su voz salía al mismo tiempo que tomaba respiraciones profundas y lentas -Aahhh- dejó salir al momento de exhalar. Stiles sentía frío, mucho, mucho frío.
*¿Por qué?* se preguntaba casi en reclamo.
El chico apretó los ojos hasta ver estrellas, trató de controlar su respiración entrecortada sin éxito, separó sus manos casi a la fuerza y se puso de lado, afianzando las cobijas fuertemente entre sus dedos.
*Respira, concéntrate en respirar*
Stiles abrió los ojos de golpe dándose cuenta de su vista borrosa y de dos ríos salados bajando de sus lagrimales, humedeciendo toda su cara.
*Mierda*
El humano parpadeó rápidamente, como si de esa manera fuera capaz de detener el torrente, sus dedos delgados dejaron la cobija y limpiaron casi de golpe aquellos caminos húmedos, tornando su piel blanca, roja, por el mal trato.
Un ruido agudo lo hizo brincar de la cama y tomar una bocanada de aire ¿Cuándo es que había dejado de respirar?.
Stiles se volteó hacia su teléfono, apagando la segunda alarma y mirando de reojo aquella caja nueva que contenía el IPhone que Derek le había regalado. No se había atrevido a usarlo, ni a abrirlo. ¿Qué tal si el rarito lo quería de vuelta? ¿Qué tal si todo era una broma?.
Stiles se sentó y pasó su manos por sus sudorosos cabellos, hizo cara de asco y rápidamente se dirigió al baño a abrir la ducha. Mientras esperaba a que el agua se tornara caliente, vio su reflejo.
A pesar de su pequeño numerito de hace unos minutos, sus ojos no se encontraban rojos ni hinchados, el humano lanzó un agradecimiento mental a sus grandiosos genes por evitar cualquier marca o seña de conflicto.
Sin embargo lo mismo no podía decirse de su piel, su cara, que de por si ya era delgada se encontraba prácticamente pegada a sus huesos, sus ojos estaban hundidos, sus labios estaban palidos y su pelo estaba devoto de color y brillo. Stiles se mordió los labios mientras miraba su reflejo, por su mente pasó un recuerdo que le hizo decir:
-Ah- en voz ahogada.
Era porque había olvidado comer desde el día de ayer, se había entretenido por las nuevas actualizaciones de sus fics, después se distrajo por los nuevos capítulos de su serie favorita y cuando menos se había dado cuenta, ya era más de la una de la mañana y Stiles seguía picado.
-Mierda- expresó con monotonía, desviando los ojos y quitándose la ropa para entrar a la bañera.
Una vez que había terminado de prepararse, Stiles bajó las escaleras y le echó un vistazo a su padre, quien miraba su teléfono mientras comía lo que parecían ser huevos y pan.
ESTÁS LEYENDO
La aburrida, super normal, nada hilarante vida de Miecyslaw alias "Stiles"
Roman d'amour-Stiles- dijo la rubia. Su semblante había cambiado, ya no reía, sus ojos estaban serios, al lado de ella, el mismo chico de tez oscura le miraba, del otro lado estaba el chico de ojos de perrito, a sus espaldas estaba el muchacho de rizos rubios de...