*WARNING: Si eres altamente religioso, es probable que no te guste este capítulo, quedas advertido*
A veces, cuando Stiles abría los ojos, en medio de la frescura de la mañana que se asolaba por su ventana medió abierta, se ponía a pensar en su pasado.
Era un pasatiempo tóxico que le gustaba tener, un pasatiempo porque no dejaba de hacerlo no importaba lo que pasara, y tóxico; porque a pesar de sus ganas de querer cambiar lo ocurrido, era imposible hacerlo, era el pasado, y por lo tanto completamente inútil el siquiera pensar en ello.
Stiles lo sabía, sabía su inutilidad cada que se ponía a soñar en el transporte público, viendo el paisaje pasar por la ventana de forma distorsionada y haciéndose preguntas hipotéticas de hubiera.
El hubiera no existe recordaba las palabras de su padre "El hubiera es tiempo pasado en imbécil".
La primera vez que Stiles le escuchó decir eso, se murió a carcajadas, no había sido más que un chiquillo que apenas y estaba mudando dientes, pero ahora...
Stiles siguió mirando el techo de la habitación desenfocadamente, sus ojos estaban abiertos, pero no veía nada, en realidad, él no estaba ahí.
A veces, Stiles no era Stiles, a veces Stiles era un superhéroe, un guerrero, un protagonista de otro mundo fantástico, un mutante de los X-men, a veces Stiles no era lo que es, sino lo que quería ser.
Con sus audífonos prácticamente pegados a sus orejas las 24/7 y una imaginación imparable, Stiles miraba al techo sin mirar.
Vivía en un mundo en donde él tenía el control, en donde era tan poderoso que podía destruir a alguien más sin un movimiento, tan solo necesitaba un pensamiento. Y así, con mirada vacante pero con mente consciente, el chico dejaba de ser el parásito que era en su casa, y se convertía en el héroe invencible que su mente conjuraba.
-¡Stiles!- pero la realidad no era esa, y por más que lo quisiera nunca lo sería, no era un héroe, no podía cambiar el pasado, al final, Stiles seguía siendo él, solo él. -¡Te he dicho miles de veces que no escuches música tan fuerte!- Su padre le miraba con enojo desde la entrada, observándolo desde el marco, al ver su cara, Stiles sintió inmensas ganas de cerrarle la puerta. -¡Quítate eso!- siguió gritando, Stiles se preguntaba si era posible que algún día de estos su padre despertara sin voz. Se vale soñar.
-Ay de ti que vuelva a encontrarte con la música a todo lo que da. No voy a estar como loco gritando en mi propia casa...-
-¿Necesitabas algo?-
-¿"Necesitabas algo"?- Su padre arremedó con deje de burla. -Pero vas a querer que te lleve a la escuela cuando tu carro no funcione y ahí sí, voy a hacer como que no te escucho- Stiles miró hacia su ventana y se preguntó si la caída desde esta podría ser lo suficientemente alta como para matarlo.
-Limpia tu porquería de cuarto, lava los platos, trapea la casa, dos veces, está muy sucia, y muévete-
-Ahorita lo hago-
-Pues ahorita- y con eso, la puerta fue cerrada de sopetón.
Stiles siguió mirando la ventana, sabía que tenía que moverse, que tenía que hacer lo que esa persona, a la que llamaba padre, había dicho, pero su cuerpo se sentía pesado y su mente estaba lacrimosa.
Él sabía que no estaba enfermo, al menos, no era una de esas enfermedades a las que podías ir a un consultorio a que te tomarán la presión o la temperatura, darte unas pastillas y despedirse de ti, no, en realidad, era de aquellos padecimientos que lo dejaban a uno tirado en la cama sin necesidad de tener el cuerpo cortado, que lo dejaban sin voz sin tener ninguna dolencia y que lo mantenían débil sin estar malnutrido.
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La aburrida, super normal, nada hilarante vida de Miecyslaw alias "Stiles"
Romance-Stiles- dijo la rubia. Su semblante había cambiado, ya no reía, sus ojos estaban serios, al lado de ella, el mismo chico de tez oscura le miraba, del otro lado estaba el chico de ojos de perrito, a sus espaldas estaba el muchacho de rizos rubios de...