Rengoku trataba de calmar los nervios de Uzui, pero este seguía dando mil vueltas en el mismo lugar mordiéndose las uñas y con los ojos abiertos.
— ¡Doctor!— apareció un hombre de blanco en la misma sala de espera en donde se encontraban— ¿E-Esta bien? ¿Cómo se encuentra?— preguntó nervioso, refiriéndose al chico de antes.
— Por suerte no tiene nada roto, solo algunos golpes— explicó el mayor— Deberá quedarse a descansar y mañana se podrá ir-.
Al fin el mayordomo y el menor se tranquilizaron. Problema resuelto.
— Bueno eso sería todo, así que compermiso...- El albino pensó que ya no tenia caso seguirse quedandose en ese lugar.
— Un momento, me tienen que dar el nombre del paciente por favor-.
Y uno nuevo empieza.
Kyojuro y Tengen se miraron con la cara toda pálida, uno empezó a tartamudear pensando en un nombre perfecto y el otro tratando de recordar, dejando al hombre de blanco sospechando.
— Ah...- entrecerró los ojos, suponiendo lo que ocurrió- Miren, hicieron bien en traerlo pero tendré que acudir a las autoridades...-.
— ¡No no!- el albino ya se imaginó en la cárcel- ¡Él es mi cita!-. Rengoku lo miró con una mueca confundido.
— ¿Su cita?- preguntó-.
— Si, l-lo que pasa es- ya no sabía que mas inventar, si era con alguien que estaba saliendo, obviamente debe saber su nombre- Em...-.
— Lo que pasa es que el joven anda nervioso, estaba preocupado- El mayordomo intentaba salvar la estupidez del menor- El chico se llama Zenitsu Agatsuma- por fin pudo recordar el nombre gracias a las conversaciones que alguna vez tuvo con el viejo Jigoro.
— De acuerdo- aún seguia con dudas- ¿Y se podría saber como fue que atropelló a su "cita"?-.
— Jaja, va a parecer algo chistoso- no tuvo de otra que decir otro engaño- Mi mayordo fue quién la atropelló-.
— QUÉ-.
Luego de varios gritos por parte de su mayordomo y diciendole mas mentiras al doctor, quien les dijo que no quería perjudicarlos, pudo librarse de la culpa.
Ahora estaba en el cuarto donde se encontraba su "cita", ni él sabía como se le ocurrió esa tonta excusa, pero ahora por una reprimenda de Kyojuro tenía que cumplir el rol de "caballero" y quedarse con él chico que dormía cómodamente en esa camilla.
— ¿Aló?- le habló al pequeño, aun dormido pensó que tal vez lo escuchase- Yo no tuve la culpa, tu te metiste-.
Se sentó en un pequeñó sillón que se encontraba a unos pasos de la camilla y empezó a ver como el rubio se movía y murmuraba algunas palabras que fueron inaudiables para él porque le entraron ganas de dormir.
Rengoku los miró por la ventana que los separaba del cuarto, pensando en alguna buena excusa para avisarle al anciano que accidentalmente su nieto acabó en la clínica.
— ¿Por qué a mi?- suspiró viendo como los dos chicos ya se encontraban profundamente dormidos.
Mientras que por otro lado, un pelinegro desesperado llevaba en la undécima llamada, solo para que lo manden directo a buzón.
— Carajo pichón, responde- ya había amanecido y Kaigaku se encontraba llamando al celular de su hermano, quién no lo encontró en su cuarto ni tampoco en la cocina, estaba preocupado y muerto de hambre.
Tal vez si le respondiera, estaría aliviado. Su abuelo fue temprano a trabajar y no quiso despertarlos para despedirse asi que no sabia de la ausencia de su nieto.
— Argh- aventó su celular a su cama- Ni modo, tocó salir a buscarte, ya vas a ver cuando te encuentre maldito duende-.
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y te vi [uzuzen]
Romance[pausada, perdón] Donde Zenitsu conocerá al próximo chico que sería la causa de sus suspiros y lloriqueos de una forma peculiar. • Inspirada en la serie peruana "Al fondo hay sitio" • Tal vez con errores ortográficos • Algo cliché y poco original •...