Por el amor del emperador

Capítulo 10: Sola.

Abrí mi armario y comencé a lanzar mi ropa al suelo. Mi madre golpeaba la puerta desde fuera, había cerrado con llave y luego puse una silla contra ella, cómo si una simple silla pudiese detener una puerta.

Estaba triste, enojada, asustada. Sola. Me sentía tan sola en el mundo que no me importaba mi título y mucho menos las apariencias. Era una niña que perdió a su padre, el hombre que más amaba: era el hombre de mí vida.

Mi madre ordenó que abrieran mi puerta a la fuerza, lo hicieron.

Con rapidez la emperatriz detuvo mi actuar sin sentido. No sabía cómo soltar mi propia rabia y tristeza, por lo que vi la salida en destruir mi habitación en lugar de llorar.

-¿Qué haces Adara? - Mi corazón se estrujó como antes. Unos minutos antes había oído el grito desolador de mi madre al enterarse de la noticia, a causa de eso también lo supe. Habían sido días tensos al no recibir noticias sobre mi padre. La primera y única que llegó al palacio fue su partida.

-Quiero a papi.- Murmuré cuando se puso a mi altura. Me abrazó y me aferré con fuerza.

Allí junto a ella lloré por horas. Ambas sabíamos que ahora solo éramos nosotras dos frente a todo el mundo, todo el imperio.

Estaba triste pero me sentía más acompañada que nunca. Sabía que ante cualquier inseguridad podría acudir a mi sabia guía, mi madre, y que ella me guiaría.

Ahora estaba en el balcón de un palacio que no era el mío, viendo hacía un jardín que no es el de mi madre, en un imperio que no me pertenece; con una gran inseguridad, nuevas emociones y mucho para hablar con mi madre. Pero estaba sola por primera vez.

Las palabras del emperador seguían vivas en mi mente. Resonantes y firmes. Él estaba seguro de que realmente yo caería ante él. ¿Por qué se interesaba en mí?