Capítulo 50: Mi hija es una amante (parte 10)

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En ese momento, una voz familiar gritó: –¿Qué pasa? ¿Qué pasó?

Wen Cai'er miró hacia atrás y vio que era él otra vez. Una vez fue una coincidencia, pero dos veces no lo fue.

Era Tang Sheng Xuan. –Qué coincidencia, hermosa joven señorita. No esperaba encontrarte aquí. Gerente, ¿qué está pasando con la joven señorita?

El gerente se apresuró a entender la situación. Después de que el camarero explicó, Tang Sheng Xuan sonrió. –Así que es un malentendido. Esta joven señorita es mi amiga. Pagaré por el pedido de su mesa–. Sacó una tarjeta bancaria de su bolsillo.

El mesero estaba a punto de tomar la tarjeta cuando Wen Cai'er lo interrumpió. –No, yo pagaré. ¿ZFB está bien?

El camarero miró al gerente, que miraba a Tang Sheng Xuan. La mano extendida de Tang Sheng Xuan fue un poco incómoda, pero asintió con la cabeza con gracia.

El camarero asintió y dijo: –Está bien.

Wen Cai'er sacó su teléfono celular y pagó la cuenta. –Vamos. ¿Querías seguir comprando? No quiero, así que volveré primero.

–Cai'er, gracias por hoy. Te pagaré el próximo mes. No tengo mucho dinero extra este mes–, dijo una de las niñas.

–Está bien. En cualquier momento está bien. No hay prisa–. Wen Cai'er sonrió y se volvió para irse.

–Oye, ya que nos hemos encontrado dos veces por el destino, déjame presentarme. Mi nombre es Tang Sheng Xuan. ¿Cómo se llama la joven? –. Tang Sheng Xuan detuvo a Wen Cai'er para preguntarle esto.

–Su nombre es Wen Cai'er. Somos estudiantes de posgrado en el Departamento Chino de la Universidad Q–, dijo Qi Jia antes de que Wen Cai'er pudiera hablar. Tiró de la esquina de la ropa de Wen Cai'er para indicarle que hablara.

Wen Cai'er miró a Qi Jia. Estaba disgustada por su comportamiento. –Tengo algo que hacer primero, así que me iré–. Ignoró los tirones de Qi Jia y salió.

Qi Jia tomó una servilleta y escribió una serie de números. Lo metió en las manos de Tang Sheng Xuan y rápidamente persiguió a Wen Cai'er.

–Qi Jia, ¿qué te pasa? ¿Cómo puedes dar la información de contacto de Cai'er a otros sin su consentimiento? ¿Y si es un chico malo? –, preguntó una chica.

Wen Cai'er se volvió para mirar a Qi Jia cuando escuchó esto. –Qi Jia, ¿cómo pudiste hacer eso?

–Aiyah, ¿eres estúpida? Estoy haciendo esto por tu propio bien. ¿No notaste que el tipo Tang es un hombre rico? Tenía una tarjeta negra emitida por China Merchants Bank. ¡El límite máximo es de diez millones! Ni siquiera tenemos diez millones si juntamos todo nuestro dinero. Obviamente está interesado en ti. ¡¿Cómo no puedes aprovechar esta oportunidad?! –. Qi Jia dijo plausiblemente.

–Gracias. No necesito que seas tan amable–, dijo Wen Cai'er enojada. –Es asunto suyo que tenga dinero. No tiene nada que ver conmigo. Además, Qi Jia, ¿con qué calificaciones hiciste esto? ¡Recuerda, eres un estudiante, no un proxeneta! ¡Ya no seremos amigas en el futuro!

Qi Jia quería defenderse, pero las otras chicas la rodearon.

–Qi Jia, ¿qué te pasa?

–¡Eres demasiado!

Después de decir esto, Wen Cai'er caminó hacia el costado de la carretera para detener un taxi, pero no apareció ninguno durante mucho tiempo.

Un Ferrari se detuvo frente a ella. Cuando se bajó la ventana, Tang Sheng Xuan asomó la cabeza y sonrió. –Joven señorita Wen, no es fácil conseguir un taxi aquí. ¡Puedo llevarte de vuelta!

Llámame la Madre de la Transmigración RápidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora