Capítulo 98: Mi hijo es el villano principal (parte 18)

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¿La prisión? ¿Yang Yi? Jiang Qiao frunció el ceño. –No importa. Los brazos y las piernas de Ou Yang Yi se han roto. Ya es un inútil. ¡Si se ha ido, entonces se ha ido!

Originalmente, habían agarrado a Ou Yang Yi para obligar a Yuan Lang y a su madre a presentarse. Ahora que se había logrado su objetivo, ya no se necesitaba a Ou Yang Yi.

Qiao Ying frunció el ceño. Jiang Rong manejó las cosas bastante bien. Había relevado a un aliado sitiado atacando la base de operaciones del enemigo. Aplicó muy bien las Treinta y Seis Estratagemas. Qiao Ying se sintió aliviada, pero descubrió que Jiang Rong había hecho mucho para obligar a la madre y al hijo a presentarse.

–Olvídalo, ya estoy vieja. Si estropeas las cosas, arréglalo tú misma–. Qiao Ying observó por un momento. Aunque no entendía lo que estaban pensando los dos, Qiao Ying se sintió aliviada.

Cuando terminó de hablar, Qiao Ying regresó.

Los ojos de Jiang Qiao se abrieron. ¿Su madre realmente se fue así?

Yuan Lang y Jiang Rong se habían separado en ese momento. Estaban de pie en la parte superior de la sala y estaban de cara al viento.

– Tus artes marciales han mejorado mucho–, dijo Jiang Rong con una expresión complicada. Tan pronto como luchó contra él, supo que su oponente no había usado toda su fuerza. Si Yuan Lang hizo todo lo posible, no sabía quién ganaría.

Yuan Lang sonrió. No tenía intención de convertirse en enemigo de la Secta Guang Ming. Después de todo, la Secta Guang Ming había existido durante cien años y tenía su propia arma mágica. Por su cuenta, Yuan Lang sabía que no podía competir con toda la Secta Guang Ming. Pero, la humillación que sufrió su madre debe ser vengada. Por eso estaba aquí hoy.

– ¿Por qué viniste aquí hoy?– Preguntó Jiang Rong.

Yuan Lang no tenía expresión en su rostro. –Naturalmente, es para vengarme.

– ¿Venganza?

– ¡Sí, venganza por la humillación que tuvo que sufrir mi madre!– Yuan Lang dijo. –Mi madre solo ha tenido un marido en esta vida y ese es mi padre. ¡Aquellos que se atrevan a codiciar a mi madre deben morir! Pero, no tengo la habilidad de matarte ahora y no tengo ninguna intención de convertirme en el enemigo de toda la Secta Guang Ming. ¡Sin embargo, esto no significa que no pueda matarte en el futuro!

Un rastro de dolor brilló en los ojos de Jiang Rong. – ¿Tu madre y tú fingieron sus muertes para deshaceros de mí? ¡¿Por qué puede casarse por segunda vez, pero no puede casarse conmigo?!

– ¡Porque a ella no le gustas! Y no lo quiero. Aunque no puedo matar, lo sabes, pero debes saber que con el tiempo podré hacerlo–, dijo Yuan Lang. –Entonces, dejemos esto claro. ¿Quieres que seamos amigos o enemigos?

– ¿Qué implica ser enemigos o amigos?– Preguntó Jiang Rong.

– Si no te rindes y aún codicias a mi madre, entonces serás mi enemigo de por vida. Si somos amigos, entonces estaremos en paz el uno con el otro–. Yuan Lang miró a Jiang Qiao, que estaba ansioso, y sonrió significativamente.

Jiang Rong frunció el ceño. – ¿Qué quieres?

Yuan Lang inclinó la cabeza y dijo: –Lo que haré es darle a esa persona un poco de su propia medicina.

Jiang Rong se burló. –No eras así antes.

Yuan Lang se rió como si hubiera escuchado una broma. – ¿No está bien ahora? Puedo proteger a la gente así. Jiang Rong, ¿creerás en mi habilidad? Mientras quiera, definitivamente puedo hacerlo. ¿Te gustaría intentarlo?

Llámame la Madre de la Transmigración RápidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora