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Tin

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Tin... Tin... Tin...

—No creo llegar para la cena, Jeongin, lo siento —dijo la voz detrás del teléfono. Y aunque el chico con cabellos blancos sentía las mejillas mojadas y los ojos llenos de lágrimas, no hizo más que sonreír, aunque sabía perfectamente que Minho no lo veía.

—Oh, está bien, no importa —mintió. Claro que importaba maldita sea, era su cumpleaños, el primero desde que empezaron a salir hace poco menos de un año. Jeongin no había hecho planes, había dicho a sus amigos que lo celebraría con su novio, porque le había prometido una cena increíble y una cita de ensueño.

Cumplía veintidós años, acababa de tomar el mando de la cafetería, se mudaría solo a su propio departamento, estaba en un gran momento. Pero, por alguna razón, su novio parecía no estar ahí.

—Prometo compensarlo, de verdad lo siento muchísimo Jeongin —el muchacho sentado en el comedor de esa casa enorme asintió, aunque, de nuevo, el mayor no podía verlo.

—Está bien Minho, está bien. —Y entonces colgó. Sabía que si seguía hablando su novio escucharía su llanto, y no quería hacerlo sentir mal por hacerlo sentir mal.

Minho tampoco había llegado a su cita la semana pasada, o por él a la cafetería. A veces no contestaba las llamadas de Jeongin, y después explicaba que era por estar en todas estas reuniones que Jeongin no entendía. Porque claro, un muchacho humilde y sin una familia adinerada como él, no pudo terminar sus estudios, a duras penas pudo graduarse de la preparatoria. Un hombre tan inteligente como Minho sabría más cosas que él, porque él es el CEO más joven que hay en Corea, porque estudió mucho y se graduó con honores. En inteligencia, según Jeongin, no le llegaba a su novio ni a los talones.

Aunque Jeongin siempre amó el Arte, era una carrera demasiado cara como para que sus padres pudieran pagarla, y aunque el muchacho reconociera cada corriente artística, tuviera una habilidad innata para la pintura y la escultura, y pudiera hablar horas y horas sobre diferentes pintores, jamás, nunca, igualaría el intelecto de Minho.

Y esto, lo sabía muy bien.

También sabía que él no encajaba en la vida de Minho, por lo que debería sentirse afortunado porque Minho lo haya escogido. Este hombre estudioso, exitoso y millonario, había escogido al barista pobretón hijo de la dueña de una cafetería que estaba enfrente del edificio de su compañía. Jeongin no era nada maravilloso comparado con Lee Minho.

Lee Minho.

Todo era siempre acerca de él.

Todo el tiempo, a todas horas, siempre era Lee Minho.

El verdadero Lee Minho (aka Lee Know) WOULD NEVEEER! (No tengo pruebas pero tampoco dudas)

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El verdadero Lee Minho (aka Lee Know) WOULD NEVEEER! (No tengo pruebas pero tampoco dudas).

Jeongin bb yo te quiero mucho TT_TT te lo prometo que sí

Aquí es donde empieza a ponerse interesante, preparen sus pañuelos(;'д`)ゞ

Si encuentran algún error háganmelo saber para que pueda corregirlo lo más pronto posible :p

Nos leemos pronto!

⋆𝘔𝘳. 𝘗𝘦𝘳𝘧𝘦𝘤𝘵𝘭𝘺 𝘧𝘪𝘯𝘦 - 𝘔𝘪𝘯𝘫𝘦𝘰𝘯𝘨-𝘏𝘺𝘶𝘯𝘪𝘯⋆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora