4. Un pequeño niño, malhumorado

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Recorre su cuarto con nerviosismo y lo que catalogaría como náuseas por emoción prematura a lo que podría ser la mejor cita en su vida. Seis meses de conocer a Baekhyun y no sabe cómo es que llegó hasta este punto sin hacer algo en específico.

"¿Tienes algo que hacer el sábado?" Cuestionó el pelirrosado mientras detenía su apunte de la guerra fría.

"Nada importante."

"Salgamos." Invitó. "En la estación del autobús a las dos, iremos a caminar."

"Okay."
Y fue literalmente la única información que obtuvo. Suficiente para ambos, como todas sus conversaciones.

La relación que ambos adolescentes habían formado era algo extraña, no hablaban mucho, al menos Park no lo hacía, solo lo necesario. Y Baekhyun solo se dejaba ir como hilo de calcetín cuando estaban solos, en su mundo, como siempre solía estar.
Nadie entendía exactamente lo que sea que ambos tuvieran, pero tampoco se entrometían porque Chanyeol no soltaría ni una palabra y nadie tenía los pantalones para acercarse a Baekhyun, siempre había algo que lo mantenía solitario.
Así que ahora allí estaba, observando el teléfono en espera de que el reloj fuera más rápido por arte de magia, ¿era posible esperar más rápido? Porque necesitaba hacerlo. No había desayunado más que una tostada con mermelada por los nervios y eso que Park era de muy buen diente; simplemente no podía evitarlo, pensar en que vería a Baekhyun fuera de la escuela, en que él lo hubiese invitado a salir, era algo intrigante y emocionante también.
Quizá no era nada especial, pero de todas las personas que seguro conocía, lo eligió a él para ese fin de semana, ¿debió haber comprado algún presente o sería demasiado?
De nuevo está sobre pensándolo, ¡ahí vienen de nuevo las náuseas!

"Uh! ¡Chanyeol, aquí!" Llamó, alzando su mano mientras se acercaba. "¿Me esperaste mucho? Siento la tardanza, mamá quería ayuda para mover sus macetas de lugar." Se quejó un poco.

"No, acabo de llegar también." Ambos sonrieron y comenzaron a caminar hacia el centro comercial.

Para su sorpresa, Baekhyun solo quería ir a jugar hockey al Arcade, hablar sobre las vacaciones de invierno, lo cansados que serían los exámenes, lo interesantes que les parecían las clases de psicología y luego comer ramen. Ahí fue en donde severamente Park se preguntó qué hacía con él ahí.

"Baekhyun, ¿seguro que es sano mezclar tres tipos de salsa, leche y mantequilla a este ramen instantáneo de queso?" Preguntó con algo de temor. El joven a su lado estaba tan concentrado que incluso le brillaban los ojos.

"No seas llorón, te prometo que se ve mal pero es muy bueno, confía en mis aberraciones culinarias." Aseguró sonriente. "Mírame, yo lo como y estoy muy saludable... con un poco de gastritis, pero son gajes del estudiante."

Park rió de sólo escucharlo, aún temiendo por su estómago; pero lo probaría, solo porque se trataba del menjurje del chico que le gustaba. Y también porque ya tenía mucha hambre.
Para su suerte, era más rico de lo que pensó y el muchacho a su lado estaba muy feliz por la reacción que obtuvo por su extraña receta.
Luego de comer, decidieron dar una última vuelta por el parque bajo la llovizna que empezó a caer, rápidamente Byun abrió el paraguas que siempre llevaba consigo y Chanyeol se ofreció a llevarlo para cubrir a ambos.

"Gracias por salir conmigo hoy, la verdad... aveces necesitas salir para despejarte." Dijo el pelirrosado, Park asintió dándole la razón.

"Fue divertido, aprendí más de ti hoy que en seis meses." Bromeó y el bajo solo lo miró aguantando la risa.

"Me gusta pasar el tiempo contigo, deseo que seas feliz incluso en los tiempos difíciles." Aseguró. "No tenía un plan para hoy, pero no estuvo tan mal ¿no crees?"

El muchacho sonrió y asintió. "No soy fan de salir, siendo honesto. Pero ha sido una buena salida. Espero que también seas feliz aun cuando hay dificultades."
Y por primera vez, la tez pálida de Baekhyun tomó un tono carmesí desde sus mejillas hasta sus orejas. Ambos resistiendo las ganas de mirarse, hasta el final del parque que recorrían en un silencio cómodo.

"Chanyeol." Llamó, ganándose su atención. "Tú crees que... si le digo a las personas importantes para mí que les quiero, ¿les gustaría?"

Park frunció las cejas con una sonrisa. "Supongo que sí. De vez en cuando está bien reafirmar el cariño."

"Pero, si lo hiciera, sería como una despedida."

"¿Por qué debería ser así? Baekhyun." Fue interrumpido por el chico negando.

"Olvídalo, no debería serlo ¿verdad?." Sonrió y le quitó suavemente el paraguas de la mano a Chanyeol, quien solo se lo dio porque ahora el sol brillaba.
Rápidamente Baekhyun agachó el paraguas y apretó sus labios al fijar su vista en el pavimento. "Lo que quiero decir es, que te quiero."

Un escalofrío y de nuevo su pecho parecía no ser lo suficientemente fuerte como para mantener su corazón en su sitio. ¿A que venía esto? Por Dios, ¿en que momento fue necesaria esa confesión?
Maldita sea, Baekhyun. Yo también te quiero, enserio tanto que podría morir.
Pero no dijo nada, solo lo miró con una sonrisa esperando que comprendiera que se sentía igual. Byun en reacción solo apretó el mango del objeto que le cubría de la lluvia, bajando la cabeza y el alto se puso serio.

"¿Es una broma? No te escondas ahora."
Chanyeol detesta el paraguas de flores que lleva Baekhyun siempre consigo en casos como estos; es como una pared entre los dos, como si el muchacho quisiera esconderse por alguna razón. Y a pesar de no saber nada del por qué, a Baekhyun le dan muchísima gracia los repentinos enojos del alto, pues lo escuchó chasquear la lengua.

"Eres divertido cuando te enojas." Expresó aguantando una risita, su rostro escondido bajo el floreado diseño. "Como... un niño."

Chanyeol frunció el ceño, sin entenderlo y Baekhyun afirmó el paraguas entre sus manos, protegiéndose.
Ese maldito paraguas siempre está estorbando a su rostro, cubriéndolo aún más de lo que al muchacho guitarrista le gustaría.
Sigue sin poder confesarse y está seguro de que el paraguas se interpone como una especie de barrera impidiendo que sus sentimientos lleguen al corazón del pelirrosado.
Bufó.

"Un niño malhumorado, eso eres." Y volvió a reír.

Y Park no pudo seguir enojado, porque quedó nuevamente embelesado por esa bonita risa que lo había atrapado desde que lo conoció.

"¿Sabes qué? Ya no está lloviendo, guardaremos tu paraguas en mi mochila y así me verás a la cara."
Ofreció Chanyeol, más como una pequeña sentencia que Baekhyun acató con diversión, solo porque no le gustaba molestar tanto a su compañero y guardó el paraguas en la mochila vacía que Park se llevó nuevamente a la espalda.

Ambos caminaron hasta la estación del autobús, compartiendo los auriculares de Baekhyun escuchando Rex Orange County. Y podríamos jurar que Chanyeol jamás entendió mejor Corduroy Dreams.
Una vez en su punto de reunión, se miraron a los ojos y sonrieron. Baekhyun agradeció la salida nuevamente y Chanyeol la increíble clase a cerca de cómo comer el mejor ramen de queso que pudo haber probado en el centro comercial. Se acercaron un poco más al otro y por un segundo , Park tuvo casi el atrevimiento de tomar la mano de Byun; el sonido del autobús llegando lo acobardó.
Sin más el pelinegro se subió al autobús, mientras Baekhyun iba en dirección a su hogar sin saber todas las ganas que Chanyeol tenía por besarlo.

Hay muchas cosas que se interponen entre Chanyeol y Baekhyun. Y una de las más grandes es el maldito paraguas de flores que tanto le gusta ver al pelirrosado usar. A pesar de ello, noche tras noche, sigue pensando en él, con el sonido de las golondrinas volar.

No sabe que fue esa cita, pero sabe que quería ser parte de Baekhyun.

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