Dos

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Suspiró, recostandose contra el vidrio del autobús que había alcanzado a tomar de regreso y que milagrosamente le dejaba cerca de su casa

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Suspiró, recostandose contra el vidrio del autobús que había alcanzado a tomar de regreso y que milagrosamente le dejaba cerca de su casa.

"Amigo, yo no veo a Jungkook desde hace años, pero lo conocí en Jardín de infantes; cuando entramos a segundo grado dejó de ir. Me alegra saber que al menos está vivo"

No logró conciliar el sueño por más vasos de leche, té de manzana ni ovejas contadas. Al dia siguiente las horas en la escuela se pasaron en un pestañeo, y en vez de volver a su casa tomó rumbo hacia el otro lado. Miró la casa de los Min por un momento, y golpeó la puerta de los Jeon con duda.

—¿Hola? ¿Qué haces aquí?—sus ojos se abrieron grandes al ver al muchacho parado en el porche cuando abrió la puerta. No se quitó el cubrebocas negro que tenía puesto por que ni siquiera recordó el detalle y Kim tampoco le prestó atención.

—Uh, yo... solo pasaba por aquí para...—se quedó callado; no tenía una respuesta precisa, es decir, ni siquiera él tenia idea de por qué estaba haciendo lo que hacía.

Era solo un impulso.

—Taehyung, ¿te falla la memoria o tienes algún problema con eso?—se burló—, ya sabes que YoonGi vive al frente.

—No vine a verlo a él—confesó bajando la voz.

—¿Entonces?—definitivamente, entendía menos que al principio.

—S-solo vine, y ya.

El menor no le cuestionó, y salió al porche de la casa evitando tener demasiado contacto con el peli-castaño. Se acercó a una banca que Taehyung no había notado y le quitó parte del envoltorio plastico para sentarse.

—Uhm—movió inquieto uno de sus pies, sin mirar a otra cosa que no fuera sus manos—, ¿juegas al Veo-veo?

—Ah, si—Taehyung no entendía nada, pero asintió con la cabeza sentándose en el suelo—. Veo-veo una cosa maravillosa.

—¿Y de qué color es?

Kim paseó la vista, escogiendo en milisegundos algo que le llamara la atención. Podian ser sus ojos o cabello, incluso los azulejos; pero sin quitarle la mirada de encima lo encontró.

—Negro.

—¿Mi ropa? ¿El piso? ¿La banca? ¿Mis ojos?—pero el mayor negó cada una de sus suposiciones con un susurro suave de "negativo" y rodando los ojos Jeon se rindió—. ¿Entonces qué?

—Los guantes de látex.

Jungkook se dignó a mirarlo e internamente se preguntó entonces, ¿qué tenían de especial sus guantes negros? Los odiaba, pero estaba tan acostumbrado a ellos y se sentía protegido. Escondió sus manos con recelo, quizá vergüenza, bajo sus muslos, para continuar con el juego.

—Veo-veo una cosa maravillosa de color marrón.

—¿La puerta?—preguntó animado—, ¿es la puerta?

Es tu cabello.

Pero lo sonriente que se mostraba por ganar algo tan simple como ese juego de niños, hicieron que el menor asintiera con la cabeza y un puchero en los labios aceptando una derrota que no era suya.

Pero lo sonriente que se mostraba por ganar algo tan simple como ese juego de niños, hicieron que el menor asintiera con la cabeza y un puchero en los labios aceptando una derrota que no era suya

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Habian pasado toda la tarde jugando y hablando de cualquier cosa trivial. El sol se estaba terminando de ocurltar y el aire era mas frío.

—Se ha hecho tarde—susurró Jungkook, notando que los faroles de la calle se encendían—, creo que es mejor que... regreses a tu casa.

—Es verdad—asintió poniéndose de pie.

Kim se sintió incómodo de repente, ¿cómo se suponia que debía despedirse? ¿Qué tenía que decir? No divagó tanto y simplemente dio media vuelta y caminó a la salida.

—Taehyung—el menor llamó a su nombre, justo cuando el chico llegaba a la reja de la entrada—. ¿Otro dia...?—Jeon se quedó callado, arrepintiendose de haber abierto la boca.

Taehyung levantó las dos manos y las movió a modo de saludo.

—Nos vemos, niño—le sonrió y sin más nada que decir comenzó a caminar de regreso a la parada del colectivo.

El pelinegro suspiró antes de ingresar a la casa. Kim era claramente un tonto pero le caía bien, y de hecho, le agradaba su presencia.

Jungkook subió a su cuarto, entró al baño y sintió nauseas cuando observó su reflejo en el espejo. Se quitó el barbijo y los guantes con rapidez para tirarlos a la basura, repitiéndose una y otra vez que todo estaba bien cuando no era así; se despojó de sus zapatillas y ropa para meter todo en el cesto de prendas sucias y abrió el agua de la ducha para meterse bajo la lluvia.

Mientras más jabón, más limpio.
Mientras más agua caliente, más limpio.
Mientras más se frota, más limpio.

Jungkook necesita limpio aunque todo esté limpio, y ese siempre será su gran problema.

Jungkook necesita limpio aunque todo esté limpio, y ese siempre será su gran problema

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©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5

𝙈𝙮 𝙎𝙬𝙚𝙚𝙩 𝘽𝙤𝙮 「 𝗧𝗮𝗲𝗞𝗼𝗼𝗸 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora