𝙈𝙮 𝙎𝙬𝙚𝙚𝙩 𝘽𝙤𝙮 「 𝗧𝗮𝗲𝗞𝗼𝗼𝗸 」

Tres

El olor a lavandina se colaba por las fosas nasales del peli-negro, y a diferencia de muchos, le hacía sonreir de satisfacción. Podía pasearse por su casa sin cubrebocas y sin guantes.

Encendió el televisor para mirar una de sus caricaturas favoritas desde que era niño, y se puso cómodo en el sofá. El chico sentía que era el mejor día de todo el mes.

Poco despues la puerta principal se abrió, sonrió al ver a su madre llegar y se puso de pie.

—Hola mami—se acercó para saludarla dando saltitos, iba a abrazarla. Pero algo en ella encendió las alarmas de su cuerpo—, ¿mamá?

—Que hermoso eres hijo mío, tan pequeño...—tocó las mejillas del menor con las manos pegajosas con vaya a saber que cosa.

Y fue un grave error.

Jungkook retrocedió los pasos suficientes para quedar a casi un metro y medio de la mujer que, si el chico le prestaba mas atención al aroma fuerte que desprendía, apestaba a alcohol.

—Estás sucia—murmuró—, ¡e-estás sucia, sucia! ¡No, aléjate de mi!

Ella le sonrió, acercándose nuevamente. Jungkook miró con temor sus manos impecables y blancas unidas a las de su madre, sintió nauseas.

Quería correr lejos, tenía que limpiarse antes que la mujer terminara de ensuciarlo.

—Amor, mami te quiere mucho. ¿Lo recuerdas? Mami hace esto por que te ama y quiere verte feliz.

La mujer tenía el doble de fuerza que su hijo, y el menor no tenia ganas de luchar cuando sintió los labios calientes de su madre en su mejilla dejándole una marca de labial. Ella se marchó otra vez, dejando dinero sobre el sofá para que Jungkook comprara la cena si es que tenía apetito.

Pero Jungkook no sale de casa por que está sucio. Jungkook tampoco llama al delivery por que está sucio. Su madre sabe que afuera está sucio y su hijo solo quiere limpio.

El llanto desconsolado en el pequeño no se hizo esperar, se dejó caer al suelo y para calmar su ansiedad atentó contra si mismo.

Salió de la casa de su amigo, siendo acompañado hasta la reja por el mismo, y se quedó viendo al frente. La casa parecía tan solitaria que daba miedo de pensarlo, pero de un momento a otro una mujer alta —debido a los tacones en sus pies— de cabello negro ondulado, ropa ajustada, cargando una cartera roja, salió cerrando de un portazo.

—¿Y esa quién es?—miró al mayor.

—Es la madre de Jungkook—respondió Min—. Nunca supe en qué se gana la vida, pero a mis padres les cae mal. En especial a mamá.

Taehyung pensó que YoonGi era bastante ingenuo e inocente, o que quizá solo estaba fingiendo. No juzgaba a nadie, de hecho le daba igual, pero era demasiado obvio el trabajo de aquella mujer que hasta incluso los habia saludado coqueta y guñado un ojo antes de subirse al coche.

—Me tengo que ir—murmuró Min, rompiendo el silencio que se había formado—, vienen unos amigos de papá, debo ponerme "decente" por que la familia Park es de etiqueta. Me estresa de solo pensarlo.

—Suerte con las visitas—se rió, saliendo totalmente de la propiedad.

Miestras YoonGi caminaba de regreso a su casa, Kim lo hacía hacia el otro lado sin dudar en sus pasos. Abrió la reja y entró hasta llegar junto a la puerta.

Antes de golpear, se quedó estático oyendo cómo alguien dentro sollozaba.

—Jungkook, soy Taehyung. ¿Puedes abrirme?

Un suave "vete" se oyó como respuesta. Pero Kim no tenia en sus planes marcharse tan pronto.

» —Escucha, quiero ayudar. Perdón por esto, pero abriré la puerta.

Cuando hizo lo que dijo, se le oprimió el pecho viendo a Jeon en el suelo boca arriba, con las manos en el pecho, los labios lastimados, llorando y su cuerpo teniendo espasmos por el reciente ataque de nervios.

—¿Jungkook, qué te pasa?—se acercó al menor que evitava el contacto visual, intentando tocar su rostro—. Jungkookie, hey, mirame.

—¡No me toques!—gritó fuerte, haciendo al mayor retroceder unos pasos asustado—. Es-estás sucio, no me gusta.

Taehyung había estado averiguando en internet, por que no ves a alguien usando guantes de látex, barbijo, y manteniendo una distancia prudente todos los días. Posiblemente Jungkook tenía misofobia, y aunque al principio creyó equivocarse, ahora lo estaba confirmando. No tenía idea de como tratar con una persona con esa condición, pero las manos del menor estaban pintadas de rojo y no soportaba verlo así.

—¿Y si me limpio, podré ayudarte?

Jungkook pensó rápido. Si Taehyung está limpio, y él está limpio, no hay gérmenes y todo está bien.

—Si.

©ʏᴏᴏɴɴɪᴇxᴊɪᴍɪɴɪᴇ5