Él en mi cuerpo y yo en el suyo | KookV

01. La maldición.

Cuando el sonido de la alarma se hizo presente, Kim Taehyung se incorporó de inmediato, haciendo leves estiramientos para despertarse completamente de aquel profundo sueño.

Era lunes y debía iniciar la semana con toda la energía.

Colocó sus pantuflas, al igual que sus gruesos lentes de marco café y se dispuso a tender su cama, dejando todo en total orden, para posteriormente dirigirse hasta su baño y alistarse. Mientras se dirigía hacia la puerta del baño el castaño escuchó un ronroneo, provocándole una sonrisa tenue.

Era su gata, quien se encontraba acariciando sus tobillos, a la espera de ser saludada.

—Buenos días para ti también. — susurró, haciendo leves caricias en la cabecita de su mascota.

Luego de saludarla, continuó su rutina matutina, terminando en el baño para hacer sus necesidades y tomarse una ducha.

Las mañanas solían ser tranquilas para Kim Taehyung, sin contra tiempos ni ninguna índole de cualquier tipo, pues vivía solo junto a sus padres, siendo ellos tres los únicos habitantes en esa armoniosa casa.

Su padre era un exitoso empresario y su madre trabajaba en la compañía de publicidad más reconocida de Cambridge. Ambos siendo muy eficaces en su labor y sirviendo de modelo para el joven de suaves cabellos, quien seguía sus pasos, esperando ser un día tan profesional al igual que ellos.

Una vez terminó de vestirse, bajó las escaleras, caminando rápidamente a la cocina donde su madre le esperaba en compañía de su padre.

—¡Buenos días, mamá! — saludó el castaño, tomando asiento en el comedor.

—¡Buen día, hijo! — sonrió su madre al mismo tiempo que servía el desayuno, el cual consistía en una taza de avena. —¿Listo para las clases de hoy?

—Oh sí, todo listo. — asintió, empezando a digerir su desayuno.

—Taehyung. — saludó su padre, vistiendo formal como lo hacía siempre. El menor se quedó curioso, observando el sobre que sostenía el mayor en una de sus manos. —Tengo algo para ti, hijo.

El castaño tomó el sobre que el señor Kim le extendió y sus ojos se abrieron en demasía al leer el nombre del remitente y el contenido de la carta.

Taehyung no podía creerlo.

—¡Es de Harvard! — levantó la mirada sorprendido. —Quieren hacerme una entrevista la próxima semana.

—Me permití llenar tu solicitud con anticipado, cariño. — aclaró su madre, orgullosa por tal acción. —Mi precioso hijo en Harvard.

—Primero debo pasar la entrevista mamá.

—No nos decepcionarás, nunca lo has hecho. — replicó tranquila, tomando un sorbo de su jugo de naranja.

—No, jamás lo ha hecho. — asintió su padre, sin dudar ni un poco en el potencial del castaño.

Taehyung sonrió, tratando de controlar la emoción que se acumulaba en su interior, pues aquella simple carta representaba el comienzo de su futuro.

—¿No es emocionante? — habló su madre, como si el hecho no fuera más que evidente.

—Lo es, Jiwoo. — afirmó su padre con tranquilidad.

—¿Y tú, Taehyung? ¿No lo estás?

—Lo está. — respondió Seoyun por su hijo, quien continuaba comiendo su desayuno para no demorar en irse.

—¡Lo siento, es que estoy tan emocionada! Tengo que decirles a todos que mi hijo irá a la mejor Universidad. — chilló sin dejar de sonreír y Seoyun tan solo se limitó beber de su café, ignorando la risa exagerada de su esposa.