03. ¡Devuélveme mi cuerpo!

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El dolor de estómago era notorio, haciéndolo tambalear mientras corría desesperadamente por el enorme pórtico de aquella casa. Taehyung no pudo contenerlo, pues el sabor desagradable del tocino y los huevos revueltos, habían incrementado las náuseas, provocando que inclinara su cuerpo con el propósito de expulsar ese desayuno que no le agradó en lo absoluto.

Era asqueroso y la mueca que se formó en su rostro por aquel malestar estomacal, lo dejó más que en evidencia.

Dios, esto es un desastre, ¿Cómo pueden comer algo como eso?

Se quejó por lo bajo, limpiando torpemente la comisura de sus labios con la manga de la sudadera que se había colocado antes de salir. Taehyung no podía soportarlo y aunque una parte de él se negaba a aceptar aquel cambio de cuerpo tan descabellado que estaba teniendo, la realidad le golpeó haciéndolo sentir un incrédulo ante tal acontecimiento, el cual denominó como sobrenatural y disparatado.

Era una total pesadilla.

Taehyung se quedó ensimismado, tratando de recuperar el aliento tras la fuerza que ejerció al vomitar y con el ceño fruncido, alzó la mirada al escuchar aquel llamado que provenía de la calle.

—¡Hey, chico bonito! — vociferó el moreno de brazos fornidos. Era Namjoon, quien se encontraba estacionado tocando el claxon constantemente para llamar su atención.

El castaño se incorporó despacio, colocando la mochila de Jungkook en su hombro, mientras hacía un pequeño ademán con su mano derecha, saludando nerviosamente al deportista que le miraba con curiosidad. Aquel simple gesto lo puso más nervioso, pues lo que menos deseaba en ese momento, era tener que ser interrogado por su extraña actitud.

Taehyung debía actuar natural y eso haría.

Caminó en dirección al castaño, dubitativo, forzando una sonrisa para posteriormente tomar la manija de la puerta, la cual parecía no funcionar de repente, pues aunque hizo un esfuerzo por abrirla, el acceso no fue logrado. Namjoon alzó una ceja, viéndolo confundido, pues aquel detalle le extrañó en demasía. ¿Desde cuándo le era tan difícil abrir la puerta a su amigo?

—Oye viejo, solo tienes que girarla así y listo. — musitó el castaño, abriendo la puerta para que el peliazul lograra entrar.

—Ah... claro, cómo no se me ocurrió. — rió nerviosamente, tratando de buscar la manera de subirse al copiloto de ese auto deportivo, pues era la primera vez que se subía a un modelo como ese y siendo honesto le resultaba extraño.

Tomó una bocanada de aire y formando una perfecta línea en sus labios, puso un pie en el auto, luciendo más que nervioso debido a la mirada curiosa de Kim Namjoon, quien en ningún momento apartó la vista de su rostro. Taehyung se maldijo en sus adentros, debido a su torpeza tan notoria.

En serio quería pasar desapercibido, pero su papel de Jungkook resultaba mucho más difícil de lo que pensaba.

Una vez tomó asiento, juntó sus piernas, colocando posteriormente la mochila en su pecho, mientras la abrazaba como un pequeño niño aferrado a su oso de peluche. Namjoon no pudo evitar soltar una risa al verlo actuar de esa manera, en serio que Jungkook lucía extraño en esa mañana y frunciendo el ceño le juzgó con la mirada.

—¿Todo en orden?

—S-sí. — asintió Taehyung, formando una sonrisa sin mostrar sus dientes. —Todo en orden.

—¿Seguro? — inquirió el moreno, no muy convencido, pues aquel silencio tan notorio por parte de su amigo era demasiado peculiar. Jungkook solía ser muy ruidoso y risueño, pero ahora parecía tan callado y mucho más nervioso de lo que recordaba.

Él en mi cuerpo y yo en el suyo | KookVDonde viven las historias. Descúbrelo ahora