Capítulo 1

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16 de julio de 1984

Glasgow, Escocia.

Después de salir del trabajo, habitualmente él solía ir al supermercado a por unos víveres, luego le cargaba combustible a su Fiat 500 y regresaba conduciendo rumbo a su diminuta casa en el campo de Saint Andrew, que se encontraba más o menos una hora de la ciudad. Pero en esa bochornosa tarde de verano no iba a ser así: su hermano mayor, Romulus Lupin, a quien había visto por última vez hace diecisiete años, lo había llamado por teléfono la semana anterior. Pero no para saludarle y preguntarle cómo estaba, no...

Debió haber sospechado desde el principio que el canalla de su hermano mayor le pediría algo, pues Romulus solo le llamaba por su cumpleaños y nada más, ni siquiera para invitarlo a pasar la Navidad con él o para desearle un Feliz año nuevo; cuando lo hacía, la llamada no duraba más de tres minutos. Su hermano era bastante tacaño, y esa era la razón por la que lo había llamado; y por la que ahora, Remus John Lupin se dirigía en su auto rojo hacia la Estación Central de Glasgow...

Dejó su pequeño Fiat en el estacionamiento y echó andar hacia la zona de las plataformas. Consultó su reloj y vio que faltaban unos veinte minutos para que llegara el tren de las cinco y cuarto que provenía de Londres. Así que, se sentó en un banco, se quitó el saco azul que formaba parte de su uniforme de trabajo, y lo dejó a un lado. En verdad ese día estaba haciendo un calor insoportable...

Remus se aflojó la corbata, desprendió los dos primeros botones de su camisa blanca y se remangó las mangas hasta el codo. Mientras pensaba que tal vez, había cometido un grave error al decirle que sí a su hermano. Pero ese era uno de los más grandes problemas que Remus Lupin tenía: No sabía decir "No".

Su novia Nymphadora, por ejemplo: le había dicho que necesitaban hacer terapia de pareja y un montón de chorradas más en las que él no creía y no quería hacer. Pero ella se había puesto insistente y había vuelto a sacar el tema del casamiento (palabra que a él lo asqueaba). Ella le recordaba continuamente que pronto cumplirían cuatro años de noviazgo y que ya iba siendo hora de que pasaran a la siguiente fase en su relación. Pero Remus no quería saber nada con casarse...

Así que terminó por acceder a la terapia de pareja. Había dicho que "Sí", cuando en realidad deseaba decir ¡No! Pero al menos Nymphadora había dejado de fastidiar con sus planes nupciales... al menos de momento...

Remus amaba su soltería, su libertad y el volver a su diminuta casa de campo después de la jornada de trabajo, para disfrutar del silencio, la quietud. Él sabía con certeza que si se casaba con Nymphadora, toda esa paz se iría al garete... Seguramente ella empezaría por exigirle que tuvieran una casa más grande y de ser posible en la ciudad (cuando él en realidad detestaba la ciudad, pero estaba obligado a ir allí de lunes a viernes por causa de su trabajo). De seguro luego ella querría tener hijos, y con la llegada de los críos, pues, ¡adiós silencio!

No, no quería casarse. Él estaba feliz y conforme con la vida simplona que llevaba.

Disfrutaba de la soledad, sí. Pero también era un hombre, de treinta y un años. Y como todo hombre, sentía necesidad; porque de no sentirla, tampoco estaría con Nymphadora.

Y por no saber decir "No", ahora estaba allí, en la estación de trenes de Glasgow, esperando a su sobrina Hermione, la menor de las dos hijas de su hermano Romulus y su cuñada Jane.

No convivía con su novia, y ahora tendría que convivir con una sobrina a la que no veía desde que ella se cagaba en sus pañales de lienzo.

Remus se había ido de su ciudad natal (Londres) hacía dieciséis años, cuando aún era un adolescente. Se había marchado después del fallecimiento de su madre y había sobrevivido en Escocia por su cuenta durante todos esos años.

El Pueblo de San AndrésDonde viven las historias. Descúbrelo ahora