Lo había visto tal como la voz le dijo, sentado frente a la puerta con la mascara puesta y el cinturón en su mano. La diferencia es que se encontraba dormido los leves ronquidos eran la única señal que tenia para probar cada combinación que le fuera posible, solo giraba la cabeza de vez en cuando para comprobar que continuara dormido y volvía a su atención al candado. Parecía que estuviera horas intentando cualquier combinación posible, además de que también tenia que preocuparse por el hermano de Albert sabia que estaba en la casa por las cosas regadas en el sofá de la sala.
Lo que parecían horas finalmente pudo dar con la combinación correcta, el corazón de Cass se aceleró cuando escucho el clic saco el candado lo más rápido que pudo, pero aun siendo un ruido leve el perro de Alfred comenzó a ladrar, Había visto muy pocas veces a Samson no porque le tuviera miedo sino Albert lo mantenía en la habitación de Max para que no moleste, pero era un perro grande y ahora su fuerte ladrido alerto el escape de Cass.
Había salido de la casa tan rápido que intentaba no mirar hacia atrás, pero tan pronto los ladridos de Samson anunciaron de su escape Albert despertó y lo primero en darse cuenta fue de la huida de Cass. Salió por su camioneta y la encontró corriendo por la calle, fue en ese momento que ella lo vio seguirla y corrió más rápido como si fuera a ganarle en velocidad a aun auto. Claro que no iba a funcionar no al ser golpeada por el costado de la camioneta, no le causo mas daño que el golpe al caerse al suelo y ponerse de pie para volver a correr. Siendo perseguida por Albert, quien bajo de la camioneta al verla mas lenta que antes. Lo que fue a su favor para taclearla y someterla en el suelo. Ella le dio pelea golpeándolo en las costillas, pero su fuerza no era tanta comparada con la de él.
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— ¡Ayuda! —grito desesperada. — ¡Ayuda es the grabber! —trataba de llamar la atención, lo que funciono pues el ruido y sus gritos alertaron a una de las casas vecinas. — ¡Ayuda! —volvió a gritar sin darse cuenta de que Albert sacaba una navaja de su bolsillo.
— Grita de nuevo y cortare tu lindo cuello. —amenazo molesto y con la navaja en la piel de Cass, otra casa había prendido la luz del pórtico.
Tuvo que obedecerlo la navaja estaba pegada a su cuello no la apretaba con fuerza, pero podía sentir el filo tratar de encajarse en su piel hasta abrirla. Albert miro hacia las dos casas que esperando a que lo peor sucediera, pero en lugar de que alguien saliera de esas casas las luces volvieron a apagarse imaginando que el ruido de afuera solo había sido un error o producto de su sueño por lo tarde que ya era. Por su parte Cass pudo respirar aliviada una vez que la navaja estuvo lejos de su cuello, pero seguía aprisionada por el cuerpo de Albert.
— Eres muy especial para mí, Cassie. —dijo en tono amoroso. — A dormir mi niña traviesa. —dijo con una voz más rasposa y a la vez que levantaba su brazo en puño para golpearla.
El golpe fue tan fuerte que la dejo noqueada en ese momento, no supo nada más de lo que paso después solo hasta en el momento en que fue arrojada al colchón viejo y fue que luchaba por abrir los ojos. Tenia una buena resistencia, pero no lo suficientemente buena para reaccionar del todo, sus parpados pesados le impedían captar lo que sucedía y lo que lograba ver estaba borroso. Sintió el suave tacto que Albert le dio sobre el golpe que le había dejado, una mueca comprobaba que le había dolido y pudo escuchar a lo lejos la voz de Max, pero no comprendió lo que decía asi como la voz de Albert gritándole a su hermano que volviera a dormir mientras la miraba por última vez y salía del sótano.
