Reconciliación.

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<06>

Venezuela soltó un suspiro al mismo tiempo que acomodaba sus lentes para leer.

Estaba cansado y los pensamientos sobre la discusión totalmente absurda que había tenido con su novio hace más de tres días lo tenía mal.

No habían hablado en todo ese tiempo.

De cierto modo lo molestaba, pero al mismo tiempo no podría enviar sentirse triste.

Él había intentado arreglar las cosas, pero con lo terco que era su novio llegó un punto en el que tanta insistencia de su parte lo llegó a cansar.

A veces aquel gringo podría ser muy infantil, y él no era una persona precisamente paciente o una a la cual le gustará jalar bola.

Bueno... Al menos podría decir que lo intento.

Y desde que se molestó con el mayor por ignorar sus intentos por arreglar las cosas.

Ahora se encontraba allí, sentado en su mueble y prestándole atención a todo, menos al libro que se encontraba abandonado en su regazo.

En cuanto iba a retomar su lectura unos toques en su puerta lo detuvieron.

— ¿Quién será? —. Murmuró para si.

Otros golpes.

— ¡Ya voy! —. Aviso, levantándose de su lugar con peresa.

No tenía ganas de ver a nadie.

Camino a paso lento hacia la entrada de la casa, abriendo esta y llevándose una gran sorpresa.

Al frente de la puerta de su hogar, estaba el hombre por el que se había estado desvelando.

Quedó pasmado en su lugar, mirándolo de arriba a abajo con una ceja alzada.

— Darling... please forgive me —. (Querido ... por favor perdóname) Gimoteo con ojos acuosos.

Venezuela parpadeo confundido, mirando como el norteamericano estaba totalmente empapado bajo la lluvia y con él, unas hermosas rosas rojas.

Además... Él...

¿Él estaba brillando, o lo extraño tanto que parecía que sí?

<<Pero... No está lloviendo>> Cayó en cuenta, saliendo de su confusión y frunciendo el seño.

Dió unos pasos al frente y se dió cuenta de que al costado derecho estaba México con una manguera.

Él era el que estaba simulando una lluvia.

Dirigió su mirada hacia el lado izquierdo. Para su ningúna sorpresa, ahí se encontraba el argentino montado en una silla, este sostenía una lámpara y la luz de esta, le daba directamente al gringo al cual ahora estaba ignorando.

Bajo su mirada y al lado de una de las llaves que estaban cerca de su puerta estaba Colombia, mismo que sonrió incómodo desde su lugar.

— Maldi... —. Tomo aire, aguantando las ganas de sacarlos a patadas a todos —. Sucio traidor —. Acusó a su hermano.

— Parce... Me obligaron, lo juro —. Lloriqueo.

— Uy sí, cuidado —. Rodó los ojos de —. Cierra esa mierda —. Ordenó.

El paisa no tardó en hacer lo pedido, no queriendo que el venezolano se molestará más.

Prontamente este de giro hacia el mexicano —. Tú suelta esa vaina.

El norteamericano más bajo casi lanza la manguera lejos por el miedo que le causó la mirada del caribeño.

Ahora era el turno de Argentina para ser reprendido —. Bajate de esa mierda que te vas a caer.

» Corazón de melón&lt;3 « (𝙐𝙎𝘼𝙑𝙚𝙣𝙚).Donde viven las historias. Descúbrelo ahora