Capítulo 15. Nuevo inicio.

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Ace estaba recostado en la cama al mismo tiempo que jugaba con su consola, siendo seguido por los atentos ojos azules del adulto de la casa, hablaba acerca de lo mucho que le gustaba el juego y de la cantidad de veces en las cuales lo había pasado, Sabo por su parte observaba al chico con una fina sonrisa dibujada en sus labios, le causaba bastante ternura ver al pecoso tan concentrado en algo y a la vez tan divertido. Después de todo, en la infancia del más joven era difícil poder verlo tan tranquilo, ya que su energía era casi ilimitada como la de su hermano menor, jamás creyó que llegaría el día en el cual aquel joven de pecas podría estar quieto en un solo sitio.
Acarició con dulzura sus cabellos, sin apartar la mirada de él, pero sabía que esto estaba mal, después de todo le doblaba la edad, apartó su mano a lo que el chico de pecas lo miro--¿Porqué paras?--le replicó con un puchero en el rostro, era claro que se había molestado.
--¿Eh?
--me gusta que acaricies mi cabello...
--¿Te gusta que te toque?--lo miro.
--si, bueno... ¿De qué tipo de tocar hablamos?
--¿De qué tipo hablas tú?
--del ¿Mismo?
El rubio sonrió para después reír, comprendía bien a lo que se refería el chico de pecas, después de todo, pese a su edad era alguien bastante, interesado por así decirlo, fue por ello que acarició sus cabellos con una sonrisa cómplice, como si tratará de olvidar lo que menciono--si, hablamos de, cuando acarició tu cabello, cuando te tomo de la mano...
--también me gusta cuando hacemos el amor--lo miro para posteriormente sonrojarse, era algo que no podía evitar, sin importar la cantidad de veces que lo hicieron, que fueron unas tres en realidad, aún le daba pena ese asunto, haber sido tocado por la persona que amaba fue algo que le hizo sentir la gloria del éxtasis de la pasión, sin embargo con sus jóvenes 16 años aún se avergonzaba con facilidad, claro el chico tenía su primer tatuaje que se realizó por impulso en un intento de declaración, que acabó con sus padres castigandolo por un mes.
--así que--ahora quién sonrió fue Sabo, el chico podía notar la obvia vergüenza creciente en el rostro del más joven, no podía evitar enamorarse cada vez más, ya que Ace era adorable en todas sus formas, le gustaba y lo amaba demasiado, pero al mismo tiempo se sentía mal--, ¿hacemos el amor~?
--¡S-si! B-bueno...así es como lo siento--lo miro--, cuando estoy contigo siento bonito, además de que...cuando lo hacemos es increíble, nunca antes lo había hecho con alguien más pero estoy seguro de que no se sentiría igual con otra persona...eres...bueno
--entendí--sonrio ampliamente--, Ace, sabes, aunque te dije que estaba bien que no olvidemos lo que ocurrió, creo que no será fácil, después de todo, al final terminaré cayendo otra vez, algo que no me puedo permitir, soy mayor que tú, te doblo la edad, además de que tus padres volverán por ti, me quedare solo en esta casa, no será fácil enton--Sabo intento seguir hablando pero no pudo, el pecoso se había reincorporado en la cama lanzándose sobre sus labios, lo tomo por las mejillas para acercarlo así mismo, uniéndose en un beso, al inicio fue solo un roce travieso, pero cambio cuando la lengua del rubio acarició sus labios, le estaba pidiendo permiso.
Ace no se negó, se dejaba hacer y deshacer al completo gustó del mayor, permitía que aquella cálida lengua ingresará a su cavidad jugueteando con la suya, se encontraban, chocando y danzando provocando que suaves gemidos salieran de los labios del más bajo. Sabo rodeo sus brazos en la espalda ajena atrayéndolo a su cuerpo, no tenía la intención de dejarlo y aquel joven tenía la misma intención en cuanto rodeo sus brazos en el cuello ajeno al mismo tiempo que su mano acariciaba aquella ondulada cabellera dorada, sin embargo aquel beso lleno de pasión se vio interrumpido por su necesidad de respirar, lo miro unos instantes respirando agitado, apartándose poco a poco mostrando que lo único que unía sus cuerpos de momento era un fino hilo de saliva, el cual desapareció con la distancia.
Sabo lo miro, cubrió su boca con su muñeca en un intento por ocultar su sonrojo, ya que aquel joven quien tomó la iniciativa lo sorprendió bastante--¡Podemos ser amantes!--respondió de inmediato el menor--, seré lo que tú quieras...pero, todo ¡Menos amigos! No quiero que actuemos como si nada hubiera pasado...
--¿Y tus padres?
--¡Al diablo! Llevo toda una vida sintiendome así--coloco su mano en su pecho arrugando su camiseta mientras respiraba de manera agitada, ya que su pecho se movía bastante--, yo... ¡Yo te he amado desde que soy un niño! No pienso dejarte ir ahora.

Adolescente [Finalizada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora