TERCERA ENTRADA

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Le dolía el cuerpo de tanto viajar, no sabe cuánto tiempo paso en ese estúpido auto, solo sabe que viajaron bastante por qué el culo se le estaba adormeciendo, noto como los edificios quedaron atrás, las ventanas del auto dejaban ver los grandes campos extendiendose como un manto de color verde, Kirishima se obligó a "dormir" todo lo que el viaje duro, no tenía ganas de hablar, su padre se veía dubitativo, pensando al parecer de que charlar con su único hijo, Kirishima teniendo un poco de compasión de él, un poco de si mismo también, prefirio evitar la incómoda situacion apoyando su cabeza sobre la puerta del vehículo fingiendo dormir hasta que eventualmente lo hizo. en el caso que quiciera hablar con su papá O que su padre deseara conversar con el ¿De qué hablarían?, No sé conocían de nada, la última vez que lo vio tenía alrededor de unos cinco años quizá, realmente no sabe bien, solo apareció ese día con un juguete por su cumpleaños, discutió con su madre y se fue, ese era el único recuerdo que tenía de quién decía ser su padre, no sabía el contexto de ese recuerdo, solo sabía que su madre lloraba, su papá se fue y su cumpleaños no fue tan feliz como suponía que sería, ya nunca lo fue.

Cuando al fin llegaron el sol caía, no sabía que hora era pero la noche estaba cerca, el atardecer era diferente allí, las casas eran más espaciadas entre si, tenian patios lindos, con césped verde y alguna que otras flores, su mamá jamás podría pagar algo así, solo tenían un pequeño departamento en la ciudad, a duras peñas podían alquilar, uno con dos habitaciones, cocina/comedor juntos, con un pequeño baño, sabía que era más que mucha gente, pero aún así la vista a los suburbios le causó algo después de mucho tiempo, quizás molestia tal vez o tristeza quizás enojo, todavía no sabía diferencia el enojo de la ira o la tristeza, eran muy complejos y muy similares, pero de algo estaba seguro sabía que algo bonito no era lo que crecía en su estómago, entre sus caoticos pensamientos el auto de su padre se detuvo frente a una casa blanca con dos pisos, era increíble, el patio no era muy grande pero era bonito, tenía algunas flores rosas.
-llegamos campeón- dijo su padre volteando, campeón, que sobrenombre de mierda pensó. Su padre abrio la puerta del piloto caminando hacia el porta equipaje, Kirishima bajo detrás de el dispuesto a tomar sus cosas pero su padre lo detuvo -Tranquilo yo puedo tu... Cuida tus heridas- la incomodidad fue aún más grande que en el viaje, el silencio entre los dos se volvió abrumador convirtiendo todo en un ambiente pesado, ¿porque era tan difícil hablar luego de un intento de suicidio?,¿Porque la gente tiende a ponerse raros? Algunos quieren cuidarte, otros hacerte reír o simplemente evitan el problema tratándolo como lo más normal del mundo, cómo diciendo un " Ey, quien no tuvo un poso depresivo severo y se intentó suicidar dos veces, son cosas que pasan, ¿quien tiene hambre?" era molesto el no saber cómo las personas a su alrededor lo abordarían, pero por ahora lo dejaría asi, no quería hablar de ello, menos con un desconocido, aunque el mismo no sabía cómo quería ser tratado, a veces solo prefería que todos lo tratarán como alguien que simplemente se lastimó afeitándose o cayendo por las escaleras, otras veces quería que alguien lo ayude, que le dé una solución para no sentirse una mierda, quería una solución pero eso no parecía llegar tan rapido, porque el no se cortó afeitándose, no se cayó por las escaleras, simplemente un día ya no pudo soportar ciertas cosas y se rajo las venas en el piso de la cocina de la casa de su mamá con el cuchillo verde, sintió mal por su mamá, como se sentirá ahora que tiene que cocinar para ella sola con ese cuchillo verde, supuso que ya no sería su favorito.
Camino detrás de su padre los pequeños metros que separaban el auto de la casa, saco sus llaves, pero antes de que lograra abrir la puerta está lo hizo dejando ver a un chico rubio de casi su edad detrás de esta.
_Alfin llegas, ¿es el?_ un efusivo adolescentes lo miraba feliz parado justo en el marco de la puerta
-Denki, por favor ve a dentro ahora hablaremos si- su padre desordenó el cabello del chico con su mano en la cabeza, este asintió y salió corriendo hacia adentro gritando "Mamá ya están aquí" Kirishima solo observo todo sin inmutarse, aunque dentro de el millones de dudas crecían.
Su padre le hizo señas de que lo siga, entraron cerrando tras el a la casa, subieron escaleras, caminaron entre las habitaciones terminando en la última de la fila, a cada paso que daba observar la mansión de su padre lo llenaba de amargura, por qué su mamá vivía en una especie de caja cargando con un hijo dañado cuando su papá tenía a su amante y a su hijo perfecto en esa mansión, ambos entraron en el cuarto, era solo una habitación en blanco, un placar pegado a la pared, una cama en el centro, una pequeña mesa donde acomodar sus cosas y un librero vacío.
-Espero te sientas a gusto aquí, es el cuarto de huéspedes pero puedes colocar lo que quieras en las paredes y convertirlo en tu propio espacio, si necesitas algo avísame y podemos ir a comprarlo- su padre colocó las dos maletas a un costado de la cama, incómodo todo era incomodo, ¿Porque estaba tan incómodo? Era fastidioso que estuviera tan nerviosos, como si en cualquier momento algo le saltaría encima atacandolo. -eeh Eijiro tenemos que hablar de algo antes de bajar a cenar- ¿cenar? Sin su celular apenas sabía que hora era, pero serían aproximadamente las seis, era extraño, sabía que muchas personas tiene hábitos de comida bastante temprano, mientras tanto el comía a eso de las 10 de la noche cuando su madre llegaba, era el único momento que comían juntos, no solo eran 12 horas laborales también sumaban a esto las horas de viaje, sus horarios estaban totalmente cambiados, despertaba a las 12 o 1 de la tarde, desayunaba, existía por el departamento leyendo algo en internet, jugando algún videojuego o solo dormía, almorzaba a las 5, a las 10 era su cena, luego de eso iba a su habitación a dormir o simplemente a estar despierto navegando en redes, observando que era de la vida de las personas que dejó atrás una vez decidió encerrarse en su propio mundo, pero esa era una variación ya que existían días donde no sabía en qué fecha estaba o la hora,solo estaba acostado durmiendo y despertado ignorando, estación, clima o tiempo, dejo de contarlos luego de la primera semana en casa,
Su padre paso su mano frente a el trayendole a la realidad.
-escuchaste lo que dije- no, realmente no lo había escuchado, su mente solo dibago hasta llegar a un punto donde no lo deseaba, solo negó con su cabeza aún de pie en el umbral de la puerta de lo que al paracer sería su nueva habitación. -Por favor préstame atención que es algo importante que deseo hablar contigo - su padre caminos hasta la cama sentándose en la punta palmeó un lugar dándole a entender a Eijiro que deseaba que tomara un lugar al lado suyo, a lo que Eijiro nuevamente negó, no deseaba estar tan cerca, prefería su propio espacio. Su padre suspiro con cansancio, ignoro la negación de su hijo no dándole inportancia, el hombre mayor ocupo un lugar mirando directamente a su pequeño, ahora que no tenía anteojos podía notar el pequeño parecido en sus ojos.
-Muy bien Eijiro, no te taladrare la cabeza con reglas de la casa por hoy, solo espero que la convivencia sea amena, por lo que lo voy a decir sin rodeos, aquí vivo con mí nueva esposa junto a su hijo, el chico que viste en la puerta es el, su nombre es Denki por favor espero que se lleven bien y dale una oportunidad de ser tu amigo, el está muy emocionado de que estés aquí así que solo te pido que seas bueno- así que eso era, no debía molestarle a su nueva familia que si funcionaba, ¿Cómo debía tomar la noticia que el mismo padre que lo abandonó por años ahora estaba criando un hijo que no era el suyo, ¿Debería sorprenderse? Quizás, pero era de esperar, aunque Eijiro solo esperaba que al menos el "hijo" por el cual lo remplazo compartiera sangre, pero no era así, le empezó a doler el estómago, quería vomitar, todo era una mierda, quería irse, volver a su casa con su madre sin hijos que ocuparan su lugar, pero lo había arruinado.

Unos pasos acercándose los alertaron, kirishima volteo encontrando una mujer de cabello corto sonriendo, su cara adornada con marcas de expresión, conocía a esa mujer? !si la conocía¡, la vio varias veces en su vida, pero le costaba recordar de dónde.
=Bienvenido a casa Eijiro, no creo que me recuerdes, pero yo te cuidaba cuando eras apenas un bebé= y todo cobro sentido, esa mujer fue una vez la mejor amiga de su madre. El vómito casi se le sale.

A 220 (Kiribaku)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora