𝕿𝖍𝖊 𝖒𝖔𝖔𝖓 -𝖜𝖞𝖆𝖙𝖙 𝖞 𝖙𝖚́- [pausada]

13

𝔈𝔰𝔠𝔞𝔭𝔞𝔯 𝔢𝔰 𝔲𝔫𝔞 𝔟𝔲𝔢𝔫𝔞 𝔬𝔭𝔠𝔦𝔬́𝔫?

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

Mis piernas corrían, una tras la otra, rogándome por parar, ardiéndome los músculos y soltando varias lágrimas que volaban al salir

No sabía en qué dirección ir, había perdido a mi novio y a mi hermano

No sabía donde estaba, solo sabía que tenía que correr de vuelta y buscar a los chicos más importantes en mi vida

-que haces aquí!?- grito Willa terminando de atacar a una humana

Esto era una masacre

-no encuentro a los chicos- dije con un hilo de voz, provocando de ella cambiara su facción enojada a una asustada

-tenemos a uno!- gritaron a lo lejos, nos dimos una mirada y sin pensarlo dos veces corrimos hacia el grito

Era Wyatt, lo tenían agarrado entre cinco hombres, esta vez con esposas de plata y otros dos hombres apuntándole con armas

Sentí el miedo al ver como forcejeaba, nuestros collares empezaron a palpitar y eso nos delató

Antes de que saliera huyendo tres de ellos ya me tenían custodiada, pero por alguna razón, la plata no me ardía

-nos falta uno-

Wyatt no paraba de forcejear por lo cual optaron por noquearlo y por más que quisiera volver a escapar no podría abandonar a mi novio aquí

Willa por otra parte, se encontraba siendo perseguida por alguien, hasta que la perdí de vista

Nos subieron a furgonetas, dividiéndonos con los conductores con una pequeña ventana de plástico chica

Al contrario de Wyatt que estaba tirado en el suelo desmayado yo estaba sentada sin saber que hacer

-puedes tener sangre de alfa en tu cuerpo, pero no eres ni la mitad de líder que podrías llegar a ser- se burló después de haber aventado a Hunter conmigo

Sentí la rabia subir por mi pecho, logrando que le gruñera prometiéndome a mi misma vengarme

-estás bien?- pregunto mi hermano

-si, pero Wyatt...- me calme viéndolo -como te capturaron?- pregunte esta vez yo cambiando de tema

-dejé capturarme- me sonrió tristemente -no te volveré a dejar sola- reconocí el brillo en sus ojos, un brillo peculiar

-gracias- decidí no pelear con él, al fin y al cabo yo tampoco los abría dejado

(...)

Caminaba, agarrada de dos hombres que más bien parecían gorilas

No había visto a los chicos desde que nos sacaron del vehículo. Me sentía asustada y no tanto por mi, si no por ellos, no me podría perdonar el perderlos

-no!- una voz masculina se hizo presente -no los maten, los quiero vivos, no se atrevan a quitarle el collar al...- la voz se iba alejando con más pasos que me obligaban a dar