𝕿𝖍𝖊 𝖒𝖔𝖔𝖓 -𝖜𝖞𝖆𝖙𝖙 𝖞 𝖙𝖚́- [pausada]

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𝔩𝔞 𝔳𝔢𝔯𝔡𝔞𝔡 𝔰𝔦𝔢𝔪𝔭𝔯𝔢 𝔰𝔢 𝔰𝔞𝔟𝔢

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

-hey, Hunter- mi hermano volteo dándonos una sonrisa amigable a los cuatro -quieres venir? iremos a dar una caminata por el bosque- Wyn se apresuró a ofrecer

-claro-

Estaba alegre, sabiendo qué mis amigas habían comprendido todo y que podía confiar en ellas más que nunca

-ya sabes que hacer?- preguntó Willa, caminando a un lado de él

-no, aún sigo sin saber cómo hacer esto, no tenia en cuenta lo de Wyatt y ____- quede callada hasta que escuche una pequeña risa burlona

-qué?- solté

-a un no creo que mi hermanita haya encontrado su ancla- also la cabeza mirando al cielo -pueden creerlo? incluso antes que yo, o sea, mírenme, guapo estoy- bromeó

-ya se subió de nuevo a la nube- la loba mayor rodó los ojos riendo

Wyatt no hablaba, solo se dedicaba a escuchar y dar leves acariciar de vez en cuando a mi mano la cual se encontraba entrelazada a la suya

Todo estaba divertido, hasta que escuchamos un aullido, que en realidad solo percibimos nosotros

-escucharon eso?- pregunté y Willa palideció

-pudieron ayuda- dice Wyn e inmediatamente salimos corriendo de regreso por donde íbamos 

Cuando llegamos a la cueva logramos ver humo saliendo de la entrada, inmediatamente sentí una gran preocupación por todos ahí dentro

Al entrar escuchábamos golpes y gritos, no sabíamos que pasaba ya que nuestro olfato y vista estaban bloqueados

-cazadotes!- gritó una chica loba llegando al lado de nosotros -entraron!-

Sentí como alguien me pegaba por la espalda, de inmediato Wyatt enfurecido lo atacó, enterrando sus garras en la persona

-huyan!- gritó una mujer

Enseguida escuchamos como una explosión se hizo presente, logre ver cómo una mujer tenía varias bombas de humo en la mano

-son ellos!- grito al vernos

Mi hermano me agarro del brazo, corriendo a la salida, el humo se había dispersado y éramos el blanco de todos

-de aquí no salen- llegaron dos hombres extremadamente grandes, armados con cuchillas de plata impidiéndonos el paso

Activamos nuestros collares dispuestos a defendernos, pero un golpe en la nuca me hizo perder la conciencia

(...)

Abrí los ojos, viendo como todos los lobos estaban en regados en el suelo, amarrados de las manos contra sus espaldas, fácilmente podían escapar de las riendas pero los cazadores tenían las mismas armas de plata, lo cual los hacía demasiado peligrosos y a nosotros débiles

Busqué a mis amigos con la mirada pero no los encontré, solo se que a un lado mío está  Hunter con un pañuelo amarrado por la boca para que no gritara, al igual que yo y todos los demás presentes