𝕿𝖍𝖊 𝖒𝖔𝖔𝖓 -𝖜𝖞𝖆𝖙𝖙 𝖞 𝖙𝖚́- [pausada]

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𝔏𝔞 𝔳𝔢𝔫𝔱𝔞𝔫𝔞 𝔡𝔢𝔩 𝔞𝔩𝔪𝔞 

☆゜・。。・゜゜・。。・゜★

-eso fue muy imprudente de tu parte, no pensaron, ninguno, no entiendo como pudieron haberlo hecho-

-no pasó nada- me defendí

-claro que si paso!- me grito mi madre -sabes que hubiera pasado si perdías a Wyatt? dale gracias a la luna que ser la alfa elegida te permite sanar otros lobos-

Trague en seco, es verdad, no sabría que hacer si no hubiera podido salvar a Wyatt, en realidad no me atrevía a hablarle desde que regresamos esta madrugada

-quiero que entiendas que ser la alfa lunar no te quita lo imprudente que eres, ni mucho menos lo que le hiciste pasar a tu novio-

-no sabía lo que hacía, no podía controlarme, ni siquiera podía moverme-

-esta en lo cierto- nuestros ojos se dirigieron directo a Wynter -lo siento, pase buscándola señora, para explicarle algunas cosas que vi, perdón interrumpir-

-explícate- le pidió mi madre

-cuando llegue, estaba demasiado tensa, como si fuera un robot, solo decía una sola palabra... "rómpelo", cuando me di cuenta de lo que trataba de hacer la quise detener, pero cuando sus ojos miraron los míos me petrifiqué, eran rojos aún sin haber tocado el collar, Wyatt esta decidido en que no era ella y yo igual-

Me sentía realmente mal, incluso con Wyn, ella había presenciado todo

-Puede que eso no haya sido tu culpa, pero no quita el hecho de que pusiste a tus amigos en peligro con tan solo hacer caso omiso a mi indicación, por algo no los lleve, era un lugar demasiado peligroso- se cruzó de brazos -luego hablaré contigo, por mientras pueden retirarse-

Vaya que si estaba realmente enojada, y en realidad no la culpo, no tenía ni una sola esperanza de ganar la discusión, desde el inicio sabía que estaba mal

-habla con él-

Dirigí mi mirada a mi mejor amiga

-lo lamento Wyn-

-no te disculpes conmigo, no soy la indicada- apoyo una mano en mi hombro -Wyatt está en el comedor, desayunando, estaré con Willa en el cuarto, por si nos necesitas- me sonrió, una sonrisa pequeña pero que me acompañaría hasta el gran comedor

Ahí estaba, desayunando, con la mirada perdida y masticando lentamente, lo admire, mientras caminaba a pasos lentos. Su cabello ligeramente más largo, con el mechón blanco pegado a su frente, sus ojos que últimamente no tenían ese brillo de hace mucho

-puedo sentarme?- lo saque de sus pensamientos, volteando a verme rápidamente mientras yo señalaba la banca delante de él

No emitió ningún sonido, pero si acepto con la cabeza. Lo mire sin saber como empezar, me miraba atento, pero sin cambiar su mirada

Suspire -yo... lo lamento- mi voz parecía un hilo, tan delgado que podía romperse -me comporte como una idiota, no debí arriesgarlos ni llevarlos conmigo- ya no tenía ni un gramo de comida en la boca pero no respondió nada, me sentí mucho más mal -comprendo si te enojaste conmigo...-