Capitulo 5

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— No me deseas lo suficiente... — en el momento en que aquellas impulsivas palabras salieron de su boca Jimin deseó poder comérselas, pues no hacían sino revelar sus propios sentimientos.

Jungkook lo sometió a un firme escrutinio con aquellos devastadores ojos negros.

— ¿Cuánto es suficiente? — Jimin quería verlo arrodillado. Quería oírle decir con desesperación que nunca había deseado a una persona como lo deseaba a el

—¿Cuánto? — repitió con voz ronca.

— Má... más — la corriente de excitación que Jungkook género dentro de el conforme se acercaba la estaba estrangulando las cuerdas vocales.

Jungkook no comprendía qué quería decir Jimin con eso. Y sintió una familiar frustración. Se sentía incapaz de manejar la situación y eso lo enfurecía.

Había creído que Jimin aceptaría la invitación de buena gana. Jimin nunca reflexionaba antes de actuar. Y lo deseaba tanto como Jungkook a el. Sin embargo esa vez se estaba conteniendo. ¿Por qué? ¿Qué más podía darle Jungkook ?

— ¿Cómo un incentivo económico? — preguntó Jungkook con cinismo letal.

Jimin puso unos ojos como platos mientras una risa nerviosa escapaba de su reseca garganta.

Tenso y con los ojos relucientes, Jungkook extendió una bronceada mano, la cerro sobre la delgada muñeca de Jimin y lo acercó de un tirón, tanto que Jimin dejo de respirar.

— ¿Te parece divertido?

Jimin se dio cuenta tarde de que a él no le parecía. Jungkook creía que se estaba riendo de él, pero Jimin sólo se reía porque no podía creerlo. Levantó la mirada a las profundidades oscuras de sus ojos. Su aroma perversamente familiar lo inundó; sólo una leve nota cítrica en su loción de afeitar cubría su cálida y potente esencia varonil.

— Divertido no... triste — replicó Jimin, tratando de mantener un ápice de concentración.

— Creo que preferirías que te pidiera dinero.

— Eso es una tontería...

— Llámame avaricioso entonces. Podría juzgarme, mantener el control.

— No he perdido el control.

— Te gusta pagar por las cosas... no valoras las cosas gratuitas — condenó Jimin con voz temblorosa, conteniéndose para no reclinarse sobre él.

-¡Rayos! -Replicó Jungkook con frustración descarnada-. ¡Desde que tu madre y tú aparecisteis en mi vida todo ha tenido precio!

Ante tal acusación, basada en hechos reales, Jimin palideció. Simultáneamente un tremendo chirrido llegó de algún lugar, seguido de un fuerte golpe. Apartándose de un tirón de él, Jimin abrió los ojos profundamente consternado.

—¿Qué ha sido eso? -preguntó Jungkook, girándose con el seño fruncido.

— Ha sonado como si el andamiaje se hubiera venido abajo.

Jungkook se dirigió a la puerta soltando al tiempo una imprecación de impaciencia. Entonces, Jimin recordó que Jungkook había aparcado su coche debajo del andamio que rodeaba la torre. Pasó por su habitación para ponerse las chanclas y lo siguió corriendo.

Cuando llego al lado de Jungkook éste contemplaba en silencio el enorme amasijo de metal y paneles de madera astillados que habían caído sobre su precioso deportivo.

El coche estaba oculto a la vista por los tres lados.

—bPor amor al cielo — masculló con incredulidad mientras se dirigía a grandes zancadas hasta la puerta del conductor, la única accesible.

UNA NOCHE CON JIMIN - KOOKMINWhere stories live. Discover now